sábado, febrero 02, 2013

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 20 DE FEBRERO DEL 2013.

PRIMERA LECTURA. Jonás 3,1-10.

En Nínive (Gn 19).

1El Señor dirigió otra vez la palabra a Jonás:
2-Levántate y vete a Nínive, la gran metrópoli, y anuncia lo que yo te digo.
3Se levantó Jonás y fue a Nínive, como le mandó el Señor. Nínive era un gran metrópoli, tres días hacían falta para recorrerla. 4Jonás se fue adentrando en la ciudad y caminó un día entero pregonando:
¡Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada!
5Creyeron a Dios los ninivitas, proclamaron un ayuno y se vistieron de sayal pequeños y grandes.
6Cuando el mensaje llegó al rey de Nínive, se vistió de sayal, se sentó en el polvo y mandó al heraldo proclamar en Nínive un decreto real y de la corte:
-Hombre y animales, vacas y ovejas no prueben bocado, no pasten ni beban; 8cúbranse de sayal hombres y animales. Invoquen fervientemente a Dios; que cada cual se convierta de su mala vida y de sus acciones violentas. 9A ver si Dios se arrepiente, cesa el incendio de su ira y no perecemos.
10Vio Dios sus obras y que se habían convertido de su mala vida, y se arrepintió de la catástrofe con que había amenazado a Nínive y no la ejecutó.

Explicación.

3,1-10. El capítulo trabaja por paralelismos: Jonás el hebreo creyente y los ninivitas idólatras; los ninivitas convertidos y los marineros buenos. También: Jonás en oración solitaria y predicando a multitudes.

3,1. Todo recomienza con la palabra del Señor, sólo que ha cambiado el destinatario. Ahora Jonás sabe que es inútil escapar de Dios; si ha escapado, ha sido de la muerte.

3,2-3. La ciudad es gigantesca, como el cetáceo, y engulle durante tres días al profeta, como el cetáceo.

3,4. "Arrasar" (hpk) es verbo ambiguo, que significa subvertir y convertir. Es el verbo de las ciudades malditas (Gn 19,21.25.29; Is 1,7; Jr 20,16 etc), y es el verbo del cambio radical de actitud o situación (Dt 29,22; Os 11,8; Sal 105,25 etc.). Cuarenta días son un plazo no para anticipar la angustia ante lo inevitable, sino para provocar una reacción que lo evite.

3,5. La reacción es sensacional: es Nínive, la archienemiga de Israel, modelo de agresión y crueldad (Nah 3,1.4). "Creen en Dios": no dice en Yhwh, pero tampoco menciona sus dioses que son "ídolos vacíos". ¿Qué creen? -Que el grito del extranjero es palabra de Dios; creen en la amenaza, merecida, y el plazo, para la penitencia.

3,7. Es sorprendente ver los animales convocados al ayuno: cfr. Sal 36,7.

3,8-10. El mensaje se concentra en el verbo de la conversión, que se repite cuatro veces, dos para los hombres y dos para Dios. Dios está dispuesto a cambiar si el hombre cambia. Lo que se ofrece a los israelitas (Éx 32,14; Jr 26,13; 36,7) vale también para los paganos, representados por Nínive y su rey; es el principio formulado en Jr 18,7s. El rey pone un grano de duda, respetando la libertad de Dios.

SALMO. 51,3-4.12-13.18-19.

3Misericordia, oh Dios, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
4lava del todo mi delito

y limpia mi pecado. 
12Crea en mí, Dios, un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13no me arrojes lejos de tu rostro
ni me quites tu santo espíritu;  
 18Un sacrificio no te satisface;
si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas.
19Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y triturado,
tú, Dios, no lo desprecias. 
Explicación.
51,3 Al apelar a la piedad y compasión de la otra parte, implícitamente se reconoce culpable.
51,12 El primero es un espíritu dispuesto; adjetivo al parecer contrario al viento, cuya esencia es moverse. En términos psicológicos y espirituales es un ánimo pronto, decidido (cfr. Mt 26,41).
51,13 El segundo es un espíritu santo; la petición es que Dios "no quite" lo que había dado. Leído en clave davídica, sería el espíritu de profecía, según 2 Sm 23,2. Leído en clave comunitaria, es retirar la condición de pueblo santo, consagrado: Ex 19,6; Is 62,12; anular la elección, rechazar, como muestra el paralelo de 2 Re 13,23. 
51,18 El verbo aceptar puede tener valor técnico en el lenguaje cúltico: es la aceptación de Dios la que convalida un sacrificio.
51,19 "Quebrantado, triturado": hay que retener la imagen hebrea, plástica, vigorosa; nosotros decimos "estoy hecho polvo". Por la traducción griega y después la latina, la imagen perdió su materialidad y se convirtió en el concepto contrición, con su adlátere atrición.
Trasposición cristiana. El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones. En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.
 EVANGELIO. Lucas 11,29-32.
ÚNICA SEÑAL: SU MENSAJE.

29 Las multitudes se apiñaban a su alrededor, y él se puso a decir:
- Esta generación es una generación perversa. Pide una señal, y señal no se le dará excepto la señal de Jonás.
30 Porque, igual que Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así va a serlo también el Hombre para esta generación.
31 En el juicio, la reina del Sur se pondrá en pie para carearse con esta generación y hará que la condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y hay más que Salomón aquí.
32 En el juicio, los habitantes de Nínive se alzarán a carearse con esta generación y harán que la condenen, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y hay más que Jonás aquí.
Explicación.
29-32. Responde a los que exigían una señal (11,16), y no han reconocido "el dedo/la fuerza" de Dios en la obra liberadora de Jesús (cf. 11,20). Esta generación, la del Mesías, infiel como la del éxodo (cf. 7,31; 9,41). Como en tiempo de Jonás, necesitan la enmienda para evitar la destrucción, y a ella los invita Jesús (5,32; Jon 3) (29-32). De nuevo los paganos dan ejemplo (cf. 10,13-15) (30). Más que Salomón (31), por ser el Mesías; su sabiduría es el mensaje que expresa el designio de Dios (7,30.35); más que Jonás (32), porque no sólo exhorta a la enmienda, sino que anuncia y realiza el reinado de Dios.

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