24 Cuando se marcharon los emisarios de Juan, se puso Jesús a hablar de Juan a las multitudes:
- ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Qué salisteis a ver si no? ¿Un hombre vestido con elegancia?
25 Los que visten espléndidamente y viven en el lujo, ahí están, en la corte de los reyes.
26 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, desde luego, y más que profeta.
27 Es él de quien está escrito:
"Mira, envío mi mensajero delante de ti;
él preparará tu camino" (Éx 23,20; Mal 3,1).
28 Os digo que entre los nacidos de mujer ninguno es más grande que Juan y, sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.
29 El pueblo entero hizo caso a Juan, incluso los recaudadores, y dieron la razón a Dios recibiendo su bautismo;
30 en cambio, los fariseos y los juristas frustraron en ellos mismos el designio de Dios al rehusar su bautismo.
Explicación.
Interpreta y exalta la figura de Juan (24-27), precursor del Mesías. Superioridad de los que pertenecen al reino (28): diferencia entre dos épocas; los de la antigua son nacidos de mujer, los de la nueva, "hijos del Altísimo" (cf. 6,35.36).
Respuesta positiva: el pueblo entero (cf. 3,21), incluidos los recaudadores/pecadores (29). Respuesta negativa: los observantes (fariseos) y los teóricos de la Ley (juristas). Los que se preciaban de fidelidad a la voluntad de Dios expresada en la Ley frustran su designio expresado en la historia (30).
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