miércoles, abril 01, 2020

LECTURAS DEL MARTES 21 DE ABRIL DEL 2020

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hechos 4,32-37.


32 En la multitud de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: nadie consideraba suyo nada de lo que tenía, sino que lo poseían todo en común.
33 Los apóstoles deban testimonio de la resurrección del Señor jesús con mucho vigor; todos ellos eran muy vistos, 
34 porque entre ellos no había ningún indigente, ya que los que poseían campos o casas los vendían, llevaban el producto de la venta
35 y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
                    36 José, a quien los apóstoles dieron el sobrenombre de Bernabé -que significa Exhortador-, clérigo levita, natural de Chipre,
37 poseía un terreno, lo vendió, llevó el importe y lo puso a disposición de los apóstoles.

Explicación.

Segundo sumario, redactado en forma de tríptico (4,32-35; 4,36-5,11; 5,12-16).  La mayoría de los autores, no apercibiéndose de la existencia de un tríptico, lo divide en dos: 4,32-35, segundo sumario, y 5,12-16, tercer sumario. La primera hoja del tríptico (4,32-35) describe brevemente la imagen que presenta la comunidad en el momento aquel. El testimonio de los apóstoles sigue polarizado en la resurrección de Jesús (33). En relación con el primer sumario (2,42-47), se constata un notable desarrollo: mientras antes la comunidad administraba ella misma sus bienes, ahora son los apóstoles quienes se han constituido en administradores de los bienes comunitarios (35a; cf. 4,36; 5,2); se ha pasado del simple reparto (2,45; "lo repartían entre todos") a la distribución equitativa y organizada (4,35; "luego se distribuía").

                 En el centro (4,36-5,11) se contrapesa con tres ejemplos concretos la imagen que se acaba de dibujar. Primer ejemplo, positivo. José "Bernabé", el Consolador o Exhortador (lit. "hijo de consuelo/de la exhortación", uno que es eminente en esa actividad, cf. 11,23; 14,2), pertenece a la tribu de Leví y es de origen chipriota, por tanto un helenista (36). Ése cumple perfectamente con las directrices que vigen en la comunidad (37).

SALMO. 93,1-2.5.


1EI Señor reina, de majestad vestido,
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila.
2Tu trono está firme desde siempre,
tú eres eterno. 
5Tus mandatos son eficaces;
a tu casa corresponde la santidad,
Señor, por días sin término. 
Explicación.
93,1 Propone el tema de la realeza: compárese con Is 24,23; 52,7; Sal 47,9. Yhwh es rey, tiene una "casa" o palacio, se sienta en un "trono" estable, "se viste" el manto real," se ciñe" el fajín del poder, pronuncia "decretos" inmutables. El "orbe" está asentado sobre el océano subterráneo de agua dulce (Apsu ).
93,2 El "trono" es celeste: Is 6,1; 66,1 "Eterno" designa un tiempo indefinido. 
93,5 Por el contexto, creo que se refiere a los decretos cósmicos, como en otros textos: Gn 1; Sal 148,6; Job 28,26; Jr 5,22; 31,35s.
Transposición cristiana.

 El evangelio presenta narrativamente la victoria de Jesús sobre las aguas: Mt 8,24-27par; alusiones escatológicas se leen en Lc 21,25 Y Ap 12, 15; 17,15. La violencia se desata contra Jesús, hasta la aparente victoria de su muerte; al vencerla con su resurrección se inaugura su reinado. 
EVANGELIO.  Juan 3,7-15.

7. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”.
8. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, aunque no sabes de dónde viene ni adónde va. Eso pasa con todo el que ha nacido del Espíritu.
9. Replicó Nicodemo:
- ¿Cómo es posible que eso suceda?
10. Repuso Jesús:
- Y tú, siendo el maestro de Israel, ¿no conoces estas cosas?
11. Pues sí, te aseguro que hablamos de lo que sabemos y que damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero nuestro testimonio no lo aceptáis.
12. Si os he expuesto lo de la tierra y no creéis, ¿cómo vais a creer si os expongo lo del cielo?
13. Nadie sube al cielo para quedarse más que el que ha bajado del cielo, el Hombre:
14. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hombre,
15. para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.

Explicación.

El viento/Espíritu sopla donde quiere (cf Gn 2,7), el reinado de Dios no conoce fronteras, no se limitará a Israel.

Escepticismo de Nicodemo (9). Diálogo tenso (10). El magisterio fariseo perpetúa a Moisés como maestro (el maestro de Israel). Hablamos de lo que sabemos (11), plural que incluye a la comunidad, en su controversia con el fariseísmo del tiempo de Jn. Lo de la tierra, contenidos de la antigua Escritura (cf. Jr 31,31ss; Ez 36,25ss); lo del cielo, la nueva realidad del Reino, explicada a continuación. Callejón sin salida (12).

Frente a las dos reacciones, verdadera realidad del Mesías (13-21). Para los fariseos, la Ley era fuente de vida y norma de conducta. La única fuente de vida es el Hombre levantado en alto, el Hijo de Dios, don de Dios a la humanidad para salvarla (13-18). Haber bajado del cielo (13) señala la calidad divina de Jesús, por poseer la plenitud del Espíritu (cf. 1,32: el Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo). Subir al cielo para quedarse, victoria, éxito. Sólo el que es capaz de amar hasta el don de sí mismo puede obtener y asegurar el triunfo definitivo, instaurar la nueva sociedad humana (el reino de Dios).


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Apocalipsis 3,14.20-22


14 Al ángel de la iglesia de Laodicea escribe así:
Esto dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios:


20 Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.
21 Al que salga vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, lo mismo que yo, cuando vencí me senté con mi Padre en su trono.
22 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.


Explicación.

14-22. Para Laodicea, cerca de Colosas, cf. Col 4,16. Autopresentación (14b): el Amén, aplicado a Dios en el judaísmo, que equivale a los epítetos fiel y veraz, cf. 1,5; el principio de la creación de Dios, cf. Col 1,15; horizonte universal. Juicio de la situación: la comunidad de Laodicea no presenta faltas manifiestamente graves, pero aparece instalada en la mediocridad, quizá por adaptarse a la prosperidad de la ciudad misma; se siente satisfecha y segura (17). Exhortación particular (18): oro, vestido blanco, colirio; alusiones a la properidad de Laodicea, a su industria de lana y a su escuela de medicina. Amor paciente de Jesús, que pretende educar a la comunidad (cf. Prov 3,12; Heb 12,5-11) (19). El amor culmina en la petición de ser acogido; nadie lo espera en esta iglesia segura. No fuerza la entrada, habla invitando. Intimidad simbolizada por la cena (20).

Salmo. 122,1-9

1iQué alegría cuando me dijeron
«Vamos a la casa del Señor».
2Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
3¡Jerusalén!, construida como ciudad
bien unida y compacta,
4adonde suben las tribus,
las tribus del Señor;
según la costumbre de Israel,
a dar gracias al nombre del Señor.
5Allí reside el tribunal de justicia,
el tribunal del palacio de David.
6Saludad con la paz a Jerusalén:
Vivan tranquilos tus amigos;
7Haya paz en tus murallas,
tranquilidad en tus palacios.
8Por mis hermanos y compañeros
pido la paz para ti.
9Por la casa del Señor nuestro Dios
te deseo todo bien.
Explicación.

122 Género situaciónCanto a Jerusalén, extraído por etimología popular del material sonoro del nombre. Incluye una loa a la ciudad y una petición por ella. Forma grupo con 46, 48 Y 87. Unos peregrinos llegan a la ciudad, meta de su viaje físico y espiritual.
La paronomasia es un recurso de estilo que del sonido de los nombres propios saca significados; recurso querido y practicado por autores bíblicos, poetas y prosistas. El poeta toma el primer componente con el valor de "ciudad" yeru 'iru. Es la Ciudad por excelencia: cfr. Ez 7,23; Sal 87,3. La segunda parte toma el valor obvio de paz: shalem - shalom. Otro recurso de estilo, que forma inclusión mayor y menor es la repetición: tres veces Jerusalén, casa, paz, Yhwh Yh. 
122,1-2 Concentra los dos momentos extremos de la romería: el anuncio de la partida y la llegada, saltándose el viaje con su fatiga: cfr. Sal 84.
122,3-5 Predicados de la ciudad. Su trazado, con casas unidas formando calles; el templo donde se unen las tribus para alabar al Señor: cfr. Sal 65,2; la administración central de la justicia en un tribunal supremo. La imagen supone una nación unificada, con un centro religioso y político: ¿refleja una realidad. un recuerdo, una aspiración? Mucho depende de la datación del salmo.
122,6 La insistencia en "paz" y afines, el predominio de formas volitivas suenan como una movilización general para la paz. El peregrino pide que se cumpla el destino inscrito en el nombre de la ciudad: nomen omen. "Amigos": no los amantes de Os 2, sino los amadores de Is 66,10.
122,7 Murallas y palacios son otro aspecto llamativo de esta ciudad: Sal 48.14; Lam 2,7s.
122,8-9 La repetición anafórica de "por" en los dos versos une el vínculo humano de la hermandad y el religioso de la presencia del Señor en medio de ellos.
122,9 Ez 24,21.
Transposición cristiana.
Creo que se han de leer sobre el fondo de este canto de peregrinación las palabras de Jesús al avistar la ciudad: Lc 18,41-44. El destino de Jerusalén lo recoge la Iglesia celestial según Ap: tronos 20,4.11-15; belleza 21,11-21; doce (puertas) 21,12-14; no templo 21 ,22s.
Evangelio. Lucas 11,9-13


9 Por mi parte, os digo yo: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán;
10 porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren.
11 ¿Quién de vosotros que sea padre, si su hijo le pide pescado, en vez de pescado le va a ofrecer una culebra?
12 o, si le pide un huevo, ¿le va a ofrecer un alacrán?
13 Pues si vosotros, aun si sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que se lo piden!

EXPLICACIÓN.


La constancia consigue su objetivo, pues la petición repetida va capacitando al hombre para recibir el don (9s). Incomparable amor del Padre. Don por excelencia: el Espíritu Santo (13), comunicación de vida divina que potencia al hombre.

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