sábado, febrero 01, 2020

LECTURAS DEL LUNES 10 DE FEBRERO DEL 2020

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.


Primera Lectura. 1 Reyes 8,1-7.9-13.

Dedicación del templo (2 Sm 7; 2 Cr 5-6).

1Entonces Salomón convocó a palacio, en Jerusalén, a los concejales de Israel, a los jefes de tribu y a los cabezas de familia de los israelitas para trasladar el arca de la alianza del Señor desde la Ciudad de David ( o sea, Sión). 2Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón en el mes de octubre (el mes séptimo), en la fiesta de las Chozas. 3Cuando llegaron todos los concejales a Israel, los sacerdotes cargaron con el arca del Señor, 4y los sacerdotes levitas llevaron la tienda del encuentro, más los utensilios del culto que había en la tienda.
5El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él ante el arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes.
6Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza del Señor a su sitio, al camarín del templo (al santísimo), bajo las alas de los querubines, 7pues los querubines extendían las alas sobre el sitio del arca y cubrían el arca y los varales por encima.
9En el arca sólo había las dos tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas, al salir de Egipto.
10Cuando los sacerdotes salieron de la nave, la nube llenó el templo, 11de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo.
12Entonces Salomón dijo:
-El Señor puso el sol en el cielo, el Señor quiere habitar en la tiniebla, 13y yo te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre*.

Explicación.

8,1 Los tres grupos representan al pueblo en cuanto diverso de la corte: ordenación natural de las familias, división tradicional de las tribus y un senado popular. La ceremonia tiene un carácter nacional. 2 Sm 6.

8,2 La fecha señala el final de todas las tareas agrícolas y la preparación para el nuevo ciclo vegetal, cuando sobrevienen las lluvias de otoño y la tierra se ablanda para recibir la simiente (Sal 65).

8,4 Supone que la tienda montada por David para el Arca es en realidad la venerable y elaboradísima tienda que acompañó al pueblo por el desierto, según la ficción de la escuela sacerdotal.

8,6-9 Al llegar al camarín, el Arca termina finalmente su peregrinación, iniciada en el desierto como santuario móvil, continuada en tiempo de los Jueces, de Saúl y David. No parece que en adelante volviera a salir a la guerra como en otros tiempos.
El autor nos dice que el Arca sólo contenía las tablas de la alianza, o sea, que no era un depósito de recuerdos devotos como decían otros (Éx 16,33: una vasija con maná; Nm 17,10: la vara de Aarón). Tampoco menciona la tapa de la presencia divina; y este silencio es más llamativo en presencia de esa nota sobre los varales, añadida, al parecer, por un lector escrupuloso de Éx 25.
Al subrayar la relación del Arca con la alianza, y al asignarle el lugar más sagrado del templo, éste queda ligado a la historia de Israel, y no es simplemente un templo cósmico. Además el Horeb o Sinaí queda ligado espiritualmente al monte del templo.

8,10-13 La nube es un tema teológico de singular éxito en el pensamiento de Israel a través de los siglos. Representa la presencia velada del Señor, es decir, testimonio de presencia que impide ver una imagen. En el templo el incienso podía crear esa nube litúrgica.
La gloria del Señor tiene muchas veces el aspecto de esplendor, es luminosa como el sol; entonces es libre y demuestra su libertad. Cuando esa gloria entra en una morada para habitar, se encubre y se rehúsa. Es, en términos simbólicos, algo así como "la oscuridad de la fe".

8,13* Según el griego, se podría añadir: Tomado del Libro de los Cantares.

Salmo. 132,6-10.


6Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en Campos del Soto.
7Entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
8¡Levántate, Señor, ven a tu descanso,
ven con el arca de tu poder!
9Que tus sacerdotes se vistan de gala
y tus leales vitoreen.
10En atención a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.  
Explicación.
132,6 Efrata se identifica con Belén o su comarca. El Cronista lo introduce también como nombre propio: 1 Cr 2,19; 4,4.
132,7 Los sufijos posesivos se refieren al Señor. El arca es sólo "estrado"; la expresión se lee a la letra en Sal 99,5. La ceremonia supone que la comunidad se dirige al lugar del arca, llega, se postra y pronuncia la oración que sigue.
132,8 No trasladan ellos el arca; ellos piden que el Señor se levante y se traslade con su arca. El verso actualiza la tradición recogida en Nm 10,35; véase 1 Cr 28,2. "Arca de poder' alude a la función del arca como paladión militar; la expresión se lee sólo aquí y en 2 Cr 6,11.
132,10 El verso distingue entre David y "tu Ungido": en atención al primero no rechaces al segundo.
Transposición cristiana.
Éste es uno de los salmos mesiánicos clásicos: se incorpora a la serie de 2, 45, 72, 110. El NT lo cita en Hch 2,29 y 7,45-47. El cristiano como morada del
Padre y del Hijo: Jn 14,23. Los Padres han referido el v. 8 a la resurrección y ascensión de Jesucristo. 

Evangelio. Marcos 6,53-56.


53 Atravesaron hasta tocar tierra, llegaron a Genesaret y atracaron.
Curaciones (Mt 14,34-36)  

54Al bajar ellos de la barca, algunos lo reconocieron y, en seguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.  

EXPLICACIÓN.

De hecho, no llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).


(6,54-56). Las curaciones continúan la de la mujer con flujos (5,27s.34: tocar, curarse/salvarse); es decir, muchos marginados encuentran vida en la alternativa de  Jesús.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Cantar de los Cantares; 8,6-7
Llamarada divina

6Grábame como un sello en tu brazo,
como un sello en tu corazón,
porque es fuerte el amor como la muerte,
es cruel la pasión como el abismo;
es centella de fuego, llamarada divina;
7las aguas torrenciales
no podrán apagar el amor
ni anegarlo los ríos.
Si alguien quisiera comprar el amor
con todas las riquezas de su casa,
se haría despreciable.

Explicación.

8,6-7 Ésta es la cumbre del libro. Cuando por única vez se pronuncia el nombre apocopado Yah, como adjetivo. Cuando se evocan los poderes incontrastables de Muerte y su reino el Abismo. Cuando los elementos fuego yagua combaten y vence el fuego. Un amor de tales dimensiones ni se vende ni se compra. Se puede poner en boca de ambos (aunque el "tuyo" sea masculino), como dúo culminante. El sello se puede imaginar como una pieza suelta, en la muñeca o en el pecho, o como una marca impresa en el cuerpo.
Salmo. 148,1-2.11-14
(Dn 3,52-90)
1¡Aleluya! Alabad al Señor desde el cielo,
alabad al Señor en lo alto;
2alabadlo, todos sus ángeles,
alabadlo, todos sus ejércitos;
11reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
12jóvenes con las doncellas,
viejos junto con los niños;
13alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime;
su majestad sobre el cielo y la tierra.
14EI acrece el vigor de su pueblo.
Himno de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo cercano. ¡Aleluya!
Explicación.
148,1 El cielo es el lugar de Dios: Sal 115,16; Is 33,5. No piensa en el templo.
148,2 "Ejércitos" celestes son los astros: Is 45,12.
148,11 Todas las autoridades, en diversos grados y funciones, y con ellos sus pueblos sin distinción.
148,12 Tampoco hay distinción de sexo o edad en la alabanza.; compárese con JI3,1s.
148,13 El nombre y el honor del Señor están sobre toda la creación y es único (Zac 14,9), no lo comparte con otros dioses. La unicidad es correlativa de la universalidad.
148,14 "El vigor": a la letra, levanta el cuerno; véase Sal 75.
Transposición cristiana.

El nombre o título Señor ha sido otorgado a Jesucristo, muerto y resucitado, como canta Flp 2,9-11. Se puede tomar el salmo como canto de pascua por la creación trasfigurada.
Evangelio. Lucas 10,38-42
38 Mientras iban de camino entró también él en una aldea, y una mujer de nombre Marta lo recibió en su casa.
39 Esta tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor para escuchar sus palabras.
40 Marta, en cambio, se dispersaba en múltiples tareas. Se le plantó delante y le dijo:
- Señor, ¿no se te da nada de que mi hermana me deje sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
41 Pero el Señor le contestó:
- Marta, Marta, andas preocupada e inquieta con tantas cosas:
42 sólo una es necesaria. Sí, María ha escogido la parte mejor, y ésa no se le quitará.

EXPLICACIÓN.

B. Los dos grupos de seguidores. 38-42. Cambia el escenario: "una aldea" (reducto cerrado); temática: la verdadera acogida del mensaje. Paralelo con la "aldea" samaritana de 9,52 (38: también él entró en una aldea). En la escena no aparecen los discípulos. La doble mención de el Señor (39.40) saca a esta perícopa del plano histórico para ponerla en el paradigmático, mirando a las comunidades del tiempo de Lc.

Dos hermanas, figuras de los dos grupos de discípulos: Marta, de los que proceden del judaísmo/los Doce (9,1); María, de los Setenta (10,1). Marta, la comunidad judeocreyente, recibe a Jesús, pero sin aprender de él (38); María, la comunidad samaritana o no judía, queda en segundo plano, pero es la que le da plena acogida. A los pies del Señor (39), alusión a la pecadora (7,38.44-46).

Marta quiere arrastrar a su hermana a su dispersa actividad sin mensaje, inútil (múltiples tareas = observancia legal); el deseo de Marta corresponde al expresado antes por Juan en nombre de los Doce: imponer su modo de seguimiento a los que no pertenecen a ese grupo (9,49s) (40). Preocupaciones que ahogan el mensaje (8,14) (41). Una sola cosa (42: cf. 12,31; 18,22): el reinado de Dios, nueva tierra prometida, es la mejor parte, en comparación con la antigua tierra (Sal 16,5s; 73,26; 119,57; 142,6), el reino de Israel al que aún aspiran los Doce.

Samaría, que por su idolatría había perdido su herencia en Israel encuentra ahora su parte de la herencia en Jesús. El Israel mesiánico, que no escucha el mensaje, quiere conservar como herencia la antigua tierra prometida. Una temática paralela se encuentra en 18,15-17.

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