PRIMERA LECTURA. 2 Corintios 3,4-11.
4Ésta es la clase de confianza que sentimos ante Dios gracias al Mesías. 5No es que de por sí uno tenga aptitudes para poder apuntarse algo como propio. La aptitud nos la ha dado Dios. 6Fue él quien nos hizo aptos para el servicio de una alianza nueva, no de código, sino de Espíritu; porque el código da muerte, mientras el Espíritu da vida.
7Aquel agente de muerte -letras grabadas en piedra- se inauguró con gloria, tanto que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, "por el resplandor de su rostro", caducó y todo como era. 8Pues cuánto mayor no será la gloria de lo que es agente del Espíritu. 9Si el agente de la condena tuvo su esplendor, cuánto más intenso será el esplendor del agente de la rehabilitación. 10Y de hecho el esplendor aquél ya no es tal esplendor, eclipsado por esta gloria incomparable, 11pues si lo caduco tuvo su momento de gloria, cuánto mayor no será la gloria de lo permanente.
EXPLICACIÓN.
Tablas de piedra... carne (3), cf. Jr 31,31-33; Ez 11,19. Las tablas de piedra eran las de la alianza del Sinaí (Éx 24,12; 31,18; 34,1; Dt 9,10s); el cambio por las tablas de carne indica el cambio de alianza anunciado por Jr 31,31-33; Ez 11,19; 36,26. La comunidad de Corinto es un testimonio de la nueva relación entre Dios y los hombres, activado por el Espíritu.
Pablo no se gloría de sus dotes naturales (4-5). La autenticidad de su predicación es don de Dios. Código (6). lit. "letra", refiriéndose a las leyes escritas; cf. v.7.
Diferencia entre la antigua y la nueva alianza: letra/código y Espíritu. Alusión a Éx 34,29-35, donde se describe el resplandor del rostro de Moisés. A pesar del esplendor de su inauguración, la Ley se ha convertido en un agente de condenación, cf. Dt 27,26; Gál 3,22; el agente de la reconciliación, cf. Rom 1,17; 3,21. La antigua alianza era además caduca por sí misma. Ha llegado la alianza definitiva, que la hace desaparecer (7-11).
SALMO. 99,5-9.
5Ensalzad al Señor Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es Santo.
6Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
Samuel entre los que invocan su nombre:
invocaban al Señor y él respondía.
7Dios les hablaba desde la columna de nubes;
cumplían sus órdenes y la ley que les dio.
8Señor Dios nuestro, tú les respondías.
Tú eras para ellos un Dios de perdón,
aunque vengador de sus maldades.
9Ensalzad al Señor Dios nuestro
postraos hacia su monte santo:
Santo es el Señor nuestro Dios.
Explicación.
99,5 "Estrado" puede ser el templo (Sal 132,7; 1 Cr 28,2), el monte santo (Lam 2,1), la tierra (Is 66,1).
99,6 La terna es insólita y extraña. Podemos considerar a Moisés como mediador de la ley, a Aarón como representante del sacerdocio, a Samuel como profeta. El autor los junta en el "sacerdocio". Pienso que con ello quiere subrayar su santidad o consagración, inscribiéndolos en la categoría que mejor la representa en su época. El Dios santo es accesible a la "llamada" e invocación.
99,7 La respuesta de Dios es oracular y misteriosa (cfr. Ex 24,15-18), Su contenido son las estipulaciones de la alianza, que toda la comunidad debe observar.
99,8 Castigar y perdonar es actividad propia del Dios de la alianza: Ex 34,7; Dt 5,9s; Jr 32,18.
99,9 "Dios nuestro" es título de alianza; "monte santo" sintetiza la elección de Jerusalén, lugar del templo. Allí se concentra e intensifica la manifestación de su santidad.
Transposición cristiana.
El tema de la santidad atraviesa todo el NT. Empezamos por el padrenuestro. Después aplicamos el trisagio a la Trinidad. Al Padre (Jn 17,11; Ap 15,3s;
16,5); al Hijo (Lc 1,35; Jn 6,69); al Espíritu Santo, protagonista de Hch. En consecuencia, toda la comunidad cristiana debe ser santa y consagrada: Jn 17,19; 1 Pe 1, 5s.
EVANGELIO. Mateo 5,17-19.
17 ¡No penséis que he venido a echar abajo la Ley ni los Profetas! No he venido a echar abajo, sino a dar cumplimiento:
18 porque os aseguro que antes que desaparezca el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerá de la Ley antes que todo se realice.
19 Por tanto, el que se exima de uno solo de esos mandamientos mínimos y los enseñe así a los hombres, será llamado mínimo en el reino de Dios; en cambio, el que los cumpla y enseñe, ése será llamado grande en el reino de Dios:
EXPLICACIÓN.
17 - 19. Deshace un malentendido y previene contra una decepción. Su misión no es echar abajo el AT (la Ley y los Profetas) en cuanto es profecía del reinado de Dios, sino dar cumplimiento a esa promesa (cf. 1,22; 2,15.17.23; 4,14, etc.). La Ley (18), el Pentateuco, tenía por eje el éxodo de Egipto y la entrada en la tierra prometida; esto era figura de la obra del Mesías. El éxodo definitivo se realizará antes que desaparezca el mundo visible (18); comenzará con la muerte de Jesús y quedará abierto para toda la humanidad. De ahí la necesidad de practicar cada una de las bienaventuranzas antes propuestas (esos mandamientos mínimos), que toman el lugar de los mandamientos de la antigua Ley. Será llamado grande/mínimo, según realice o no la condición de hijo de Dios (5,9: serán llamados hijos de Dios)
No hay comentarios:
Publicar un comentario