viernes, febrero 01, 2019

LECTURAS DEL LUNES 4 DE FEBRERO DEL 2019

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Hebreos 11,32-40

32¿Qué más queréis que os diga? Porque si me detuviera con Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, con David, Samuel y los Profetas, me faltaría tiempo. 33Ellos con su fe subyugaron reinos, administraron justicia, consiguieron promesas, taparon bocas de leones, 34apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, se repusieron de enfermedades, fueron valientes en la guerra y pusieron en fuga ejércitos extranjeros 35Hubo mujeres que recobraron resucitados a sus difuntos.
             A otros, en cambio, los mataron a golpes, pues no aceptaron el rescate, queriendo obtener una resurrección más valiosa. 36Otros tuvieron que sufrir el ultraje de los azotes e incluso de cadenas y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, quemados, murieron a filo de espada. Andaban errantes, cubiertos de pieles de ovejas o de cabras, pasando necesidad, apuros y malos tratos: 38el mundo no se los merecía. Andaban por despoblado, por los montes, por cuevas y oquedades del suelo.
           39Pero de todos estos, que por la fe recibieron la aprobación de Dios, ninguno alcanzó la promesa, 40pues Dios preparó algo mejor para nosotros y no quiso sin nosotros llevarlos a la meta.

EXPLICACIÓN.

Cuadro de conjunto de los personajes ilustres de Israel y de tantos israelitas fieles (32-38). Sin embargo, la promesa sólo se ha realizado con el Mesías, que cumple la expectación de ellos y de los cristianos, de la que gozan ya sus seguidores (39-40).

Salmo. 31,20-24


20 Qué bondad tan grande
reservas a tus fieles
y despliegas, a la vista de toos,
con los que a ti se acogen.
21 En tu escondite personal los escondes
de las conjuras humanas,
los ocultas en tu tienda
de lenguas pendencieras.
22 Bendito el Señor que hizo por mí
prodigios de lealtad en la plaza fuerte;
23 y yo decía a la ligera:
"me has echado de tu presencia",
pero tú escuchaste mi súplica
cuando te pedí auxilio.
24 Amad al Señor, sus leales,
pero paga con creces
a quien obra con soberbia.


Explicación.


31,20-21 En cuatro versos se remonta el orante a una reflexión general en tono admirativo. Domina el tema de guardar, esconder, ocultar, con el correlativo refugiarse y el sustantivo tienda o choza: datos que convergen hacia el templo. Sólo que personalizados: es el asilo "de tu rostro". La "gran bondad": en términos personales evoca la revelación de Ex 33,19; en términos objetivos son los bienes del templo: Sal 65,5. La bondad de Dios se limita a algunos beneficiarios; pues es claro que uno se refugia perseguido, amenzado por otros: "conjuras y pendencias".

31,22-23 Para el orante la "bondad" del Señor se concretó en una liberación pasada, cuando todavía no había aprendido a confiar plenamente en su Dios, cuando buscaba colmar la lejanía con gritos de socorro (cfr. Sal 22,2). Tal es la fuerza del recuerdo, salto atrás respecto al tiempo del salmo. Alternativa según versiones antiguas: "ha distinguido a un fiel para sí". La "plaza fuerte" es la ciudad del templo.

31,24 De la acción de gracias salta a la parénesis, apoyando la invitación en un enunciado genérico sobre la actividad retributiva de Dios. El salmo concluye con el amor y la esperanza. "Amad al Señor": en esta forma sólo se lee aquí; en formas semejantes, Sal 18,2; 116,1 y el clásico Dt 6,5. "Animosos y valientes" es endíadis conocida de ordinario referida a una empresa: Dt 31,7.23; Jos 1,6.7.9.18. La esperanza es dinámica: influye en el talante y la acción.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El salmo se ha hecho famoso porque el v.6 lo pone Lucas en boca de Cristo agonizante (23,46) y luego en boca de Esteban mártir (Hch 7,59). Dios recibe en depósito una vida, que no se perderá. En la misma línea se puede leer el v.16, y de ahí se extiende a la lectura cristológica y eclesiológica; sólo que corrigiendo el v.18, pues ni Jesús ni esteban piden la muerte de sus enemigos.


Evangelio. Marcos 5,1-20

1Y llegó al otro lado, al país de los gerasenos.

(Mt 8,28-34; Lc 8,26-39)

2 Apenas bajó de la barca, fue a su encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo.
3Este tenía su habitación en los sepulcros y ni siquiera Con cadenas podía ya nadie sujetarlo; "de hecho, muchas veces lo habían dejado sujeto con grillos y cadenas, pero él rompía las cadenas y hacía pedazos los grillos, y nadie tenía fuerza para domeñarlo. Todo el tiempo, noche y día, lo pasaba en los sepulcros y en los montes, gritando y destrozándose con piedras.
6 Al ver de lejos a Jesús, fue corriendo y se postró ante él; 7y dijo gritando a voz en cuello:
-¿Qué tienes tú contra mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Por ese Dios te conjuro, no me sometas al suplicio.
8Es que Jesús le había mandado:
-¡Espíritu inmundo, sal de este hombre!
9Entonces le preguntó:
-¿Cómo te llamas?
Le respondió:
-Me llamo Legión, porque somos muchos.
10Y le rogaba con insistencia que no los enviase fuera del país.
11 Había allí, en la falda del monte, una gran piara de cerdos hozando. 12Los espíritus le rogaron:
-Mándanos a los cerdos para que nos metamos en ellos.
13Él se lo permitió.
Salieron los espíritus inmundos y se metieron en los cerdos; y la piara se precipitó acantilado abajo hasta el mar, unos dos mil, y se fueron ahogando en el mar.
14Los porquerizos salieron huyendo, lo contaron en la ciudad y en las fincas, y fueron a ver qué significaba lo ocurrido. 15Llegaron adonde estaba Jesús, contemplaron al endemoniado sentado, vestido y en su juicio, al mismo que había tenido la Legión, y les entró miedo. 16Los que lo habían visto les refirieron lo ocurrido con el endemoniado y también lo de los cerdos. 17Entonces se pusieron a rogarle que se marchase de su territorio.
18Mientras subía a la barca, el antes endemoniado le rogaba que le permitiese estar con él, 19pero no lo dejó, sino que le dijo:
-Márchate a tu casa con los tuyos y cuéntales cuánto ha hecho el Señor por ti, mostrándote su misericordia.
20Se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis cuánto había hecho Jesús por él; y todos se sorprendían.

EXPLICACIÓN.

2-20. En país pagano: El endemoniado indomable, figura de los esclavos (grillos, cadenas); un muerto en vida (cementerio, sepulcros); espíritu inmundo, ideología de violencia (Legión) (2). Un rebelde al que la sociedad no puede dominar; desesperado y destruyéndose a sí mismo con su violencia, porque no hay alternativa (3-6). Reconoce en Jesús un ser excepcional (d. 3,11), pero piensa que, al intentar privarlo de su espíritu de violencia, quiere someterlo de nuevo a la esclavitud (el suplicio) (7-8). Legión: aplicado al hombre, representante de su clase, y a los espíritus (15), indicando que todos los esclavos estaban animados del mismo espíritu de violencia. No quiere que su liberación sea un éxodo como el de los hebreos (9-10). Los cerdos, en el judaísmo, símbolo del poder extranjero opresor de Israel (Sal 80,14: «el cerdo salvaje/jabalí»), en la época, Roma; aquí, de cualquier poder que oprime a los hombres: toda la humanidad es pueblo elegido. La gran piara, el poder del dinero. Los espíritus van a los cerdos: la violencia de los oprimidos tiene origen en la de los opresores. Al aceptar los oprimidos la alternativa de Jesús, rompiendo con su dependencia del sistema opresor, éste se destruye (los cerdos al mar, como el ejército del Faraón) (11-13). Miedo ante la nueva condición del hombre (15). Para la sociedad pagana, el dinero y el poder valen más que el hombre y rechaza a Jesús (16-17). El pagano no ha de integrarse en Israel, debe anunciar a los suyos la alternativa de Jesús (18-20).

2ª OPCIÓN.


PRIMERA LECTURA: Isaías 52,7-10.

El mensajero de paz (Nah 2,1-3; Is 40,1-10.
7¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del heraldo que anuncia la paz,
que trae la buena nueva, que pregona la victoria,
que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!
8Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro,
porque ven cara a cara
al Señor, que vuelve a Sión.
9 Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén,
que el Señor consuela a su pueblo,
rescata a Jerusalén.
10El Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y verán los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.

Explicación.

52,7-10. Un himno de jubilo acoge la noticia de Jerusalén, donde el "aquí estoy" se vuelve realidad gozosa. Repitiendo varios temas de 40,1-10, invita a una pausa mayor. El poeta se cocentra en datos visuales y auditivos y avanza con rapidez.
52,7. El "heraldo", como en 40,9. En los salmos emparentados (96,10; 97,1; 98,9; 99,1) el reinado del Señor es universal.
52,8. Compárese con el centinela singular de 21,8. Aquí están concentrados todos los centinelas. "Cara a cara"; Nm 14,14. "Vuelve" es la trasposición típica del segundo éxodo; se debe comparar con la llegada en Jos 5,14.
52,9. Poéticamente, como un coro de piedras vivas, de ruinas resucitadas.
   
SALMO. 126,1-5.
  

1Cuando cambió el Señor la suerte de Sión, 
creíamos soñar;
2se nos llenaba de risas la boca, 
la lengua de júbilo.
Hasta los paganos comentaban:
«El Señor ha estado grande con ellos».
3-EI Señor ha estado grande con nosotros, 
y celebramos fiesta.
4Cambia, Señor, nuestra suerte, 
como los cauces del Negueb. 
5Los que siembran con lágrimas 
cosechan con júbilo.

Explicación.
126 Género y situaciónAcción de gracias por una restauración y petición para que se complete. En la mayoría de los textos en que aparece la fórmula "cambiar la suerte", se refiere a la vuelta del destierro de Babilonia: Dt 30,3; ocho veces en el bloque Jr 29,14-33,26. Parece bastante probable que el salmo expresa el gozo por la vuelta del destierro en la primera repatriación, o en tiempo de Nehemías.
El gozo y el sueño. Tan grande es el gozo, que les parece un sueño. ¿Es pesimismo?: en la vida las dichas son sueño. ¿Es cautela?: por si acaso, no entregarse al gozo. 
¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
Dos imágenesa) Una lluvia torrencial puede llenar los cauces de torrentes y fertilizar algunas zonas de páramos (Job 38,25-27). Del mismo modo se llenarán los cauces de Judá con las corrientes de nuevos repatriados. b) Había años en que los labradores tenían que quitarse el pan de la boca para reservar simiente. Sembrar, aparte la fatiga del trabajo, era pasar hambre; pero no era estéril. Así la marcha al destierro, vista desde el retorno, no aparece estéril: fue siembra costosa para una cosecha gozosa. La palabra hebrea significa semilla vegetal y estirpe humana: Is 65,9; Jr 31,27; Os 2,25. 
126,1-2a Forma pareja con el 124 como faceta complementaria.
126,2b Los paganos han sido testigos de la acción del Señor a favor de su pueblo: Sal 98,2; Is 52,1.
126,5 Puede compararse con Is 9,2; Sal 4,8.
Transposición cristiana.


 La resurrección de Cristo es el inaudito cambio de la suerte; tanto que los apóstoles, al ser testigos de ella, no acababan de creerlo. Su cuerpo muerto ha sido la semilla fecunda (Jn 12,24). Siembra y cosecha en Jn 4,36-38. 

EVANGELIO: MATEO 10,16-25. 

16 Mirad que yo os mando como ovejas entre lobos: por tanto, sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas.  17 Pero tened cuidado con la gente, porque os llevarán a los tribunales, os azotarán en sus sinagogas 18 y os conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, como prueba contra ellos y contra los paganos.
                  19 Cuando os entreguen no os preocupéis por lo que vais a decir o por cómo lo diréis, pues lo que tenéis que decir se os inspirará en aquel momento; 20 porque no seréis vosotros los que habléis, será el Espíritu de vuestro Padre quien hable por vuestro medio.
                  21 Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; se levantarán en el juicio hijos contra padres y los harán morir, 22 y seréis odiados de todos por razón de mi persona; pero aquel que resista hasta el final, ése se salvará.
                 23 Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, porque os aseguro que no habréis acabado con las ciudades de Israel antes que vuelva el Hombre.
                 24 Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo. 25 Ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa!

Explicación.

Inermes ante enemigos despiadados (16, cf. 5,10). Prudencia o cautela, pero sencillez sin astucias (16). La prudencia (17, cf. 7,6). Confianza (19-20). Actitudes ante el mensaje (21s). La muerte no es un fracaso (22). La vuelta del Hombre (23), la destrucción de Jerusalén (cf. 26,64). La suerte del discípulo es la del maestro, (5,11s). Desarrolla la última bienaventuranza (26,31). No hay que amedrentarse ni puede ocultarse el mensaje. 

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