PRIMERA LECTURA. Sabiduría 6,1-11.
Exordio: el poder os
viene del Señor
6 1Escuchad,
reyes, y entended;
aprendedlo, gobernantes
del orbe hasta sus confines;
2prestad atención los que domináis los pueblos
2prestad atención los que domináis los pueblos
y alardeáis de
multitud de súbditos;
3el poder os viene del
Señor, y el mando, del Altísimo:
él indagará vuestras
obras y explorará vuestras intenciones;
4siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente,
4siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente,
ni guardasteis la Ley,
ni procedisteis según la voluntad de Dios.
5Repentino y estremecedor vendrá contra vosotros,
5Repentino y estremecedor vendrá contra vosotros,
porque a los encumbrados
se les juzga implacablemente.
6A los más humildes
se les compadece y perdona,
pero los fuertes sufrirán
una fuerte pena;
7el Dueño de todos no
se arredra, no le impone la grandeza:
él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos,
8pero a los poderosos les aguarda un control riguroso.
él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos,
8pero a los poderosos les aguarda un control riguroso.
9Os lo digo a vosotros,
soberanos,
a ver si aprendéis a
ser sabios y no pecáis;
10los que observan sensatamente
su santa voluntad
serán declarados santos;
serán declarados santos;
los que se la aprendan
encontrarán quien los defienda.
11Ansiad, pues, mis
palabras; anheladlas y recibiréis instrucción.
Explicación.
Los versos 1-11 del cap. 6 constituyen un enlace importante de la primera sección, caps.1-5, con la segunda, 6-9; formalmente realizan la transición de la justicia a la sabiduría. Respecto a la primera sección, son como una peroración parenética, apoyada en el motivo del juicio escatológico ampliamente desarrollado. Respecto a lo que sigue es como una de las clásicas introducciones o exordios pidiendo atención, conocidos en la literatura profética y en la sapiencial.
Explicación.
Los versos 1-11 del cap. 6 constituyen un enlace importante de la primera sección, caps.1-5, con la segunda, 6-9; formalmente realizan la transición de la justicia a la sabiduría. Respecto a la primera sección, son como una peroración parenética, apoyada en el motivo del juicio escatológico ampliamente desarrollado. Respecto a lo que sigue es como una de las clásicas introducciones o exordios pidiendo atención, conocidos en la literatura profética y en la sapiencial.
El proceso
intelectual es como sigue: convoca o apela a los destinatarios (1-2), ministros
de la justicia (3), que habrán de rendir cuentas al soberano justo (4-8); para
que puedan salir airosos en el juicio futuro, el autor les ofrece como solución
la sabiduría (9-10).
Destinatarios
son
los mismos de 1,1, presentes en siete sinónimos. El cuarto título es
"ministros
de su reino" [de Dios]. Esto define radicalmente la autoridad política
humana: en un reino en que Dios es el único soberano de derecho, los que
mandan
son en realidad ministros de Dios; con una tarea recibida y responsables
ante él. La idea es profunda y fecunda, puede estar inspirada
directamente en 2 Cr 19,6. La intención es política.
Su tarea es el
gobierno recto. El autor sustituye el término "justicia" con
expresiones para él equivalentes: rectitud, observancia de la ley, que es voluntad
de Dios y es sagrada. Lo ético y lo religioso se funden, el programa teocrático
de Israel asoma a través de términos también griegos. Particularmente griego es
el adjetivo hosios, que designa lo sancionado por ley divina.
Su responsabilidad
se refiere a Dios, que "indaga", juzga imparcialmente y castiga sin miramientos.
En el juicio es posible el perdón compasivo. En la oposición "humilde-fuerte"
parece resonar la oposición "justo-malvado" de la primera sección; pero
sin llegar a la total e insuperable identificación del poder con la maldad.
La oferta es la
sabiduría, como medio de llegar a la justicia y salvarse en el juicio. La sabiduría
de que se habla aquí es mucho más que un saber teórico; todo el libro, empezando
por el cap. 1, da testimonio de ello. Y se puede citar el pasaje clásico de Prov
8,15.
6,1 La invitación a
escuchar: Is 1,10; Sal 2,10; Eclo 33,19.
6,2 Véase Prov 14,28.
6,4 Véase Dn 2,21.
6,7 Véase Eclo 35,15
Y 18,13. "El rico y el pobre": Prov 22,2 .
6,9 Véase Prov 16,10.
6,10 Dos casos posibles
en el juicio: el que ha cumplido plenamente, el que necesita y obtiene un
defensor. Si el hombre se ha educado en la escuela de esas sanciones divinas, ellas
se convertirán en abogado defensor el día de la cuenta.
6,11 Concluye en inclusión.
Contando ya con un público ávido, Salomón podrá pronunciar su largo discurso.
SALMO. 82,3-4.6-7.
3Defended al desvalido y al huérfano,
haced justicia al humilde y al necesitado,
4salvad al oprimido y al pobre
4salvad al oprimido y al pobre
librándolos del poder de los malvados.
6yo declaro: Aunque seáis dioses
e hijos del Altísimo todos, 7moriréis como cualquier hombre,
caeréis como cualquier príncipe.
Transposición cristiana.
En
nuestra cultura los dioses falsos e injustos están secularizados:
falsos valores son hipostasiados y exigen absoluta sumisión. Entre los
creyentes pueden existir los ídolos mentales: nuestras ideas o imágenes
de Dios que confundimos con el Dios verdadero. Léase a este propósito el
final de la primera carta de Juan, 5,20sEVANGELIO. Lucas 17,11-19.
11 Yendo camino de Jerusalén, también Jesús atravesó por entre Samaría y Galilea.
12 Cuando iba a entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos
13 y le dijeron a voces:
- ¡Jesús, jefe, ten compasión de nosotros!
14 Al verlos les dijo:
- Id a presentaros a los sacerdotes.
Mientras iban de camino, quedaron limpios.
15 Uno de ellos, viendo que se había curado, se volvió alabando a Dios a grandes voces
16 y se echó a sus pies rostro a tierra, dándole las gracias: éste era samaritano.
17 Jesús preguntó:
- ¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
18 ¿No ha habido quien vuelva para dar gloria a Dios, excepto este extranjero?
19 Y le dijo:
- Levántate, vete, tu fe te ha salvado.
EXPLICACIÓN.
E '. La verdadera purificación. 11-19. Cambio de escenario. Nueva temática: la curación/purificación de unos leprosos. El improbable itinerario que señala Lc está en función de la presencia de un samaritano en el grupo de leprosos. Éstos son figura del grupo mezclado (judíos, samaritanos) de discípulos (13: Jefe, en Lc siempre en boca de los discípulos: 5,5; 8,24.45; 9,33.49), que se sienten marginados por la institución judía.
Jesús los manda a ella, y se curan precisamente al dejar la aldea, el círculo cerrado (12, cf. 10.38), antes de llegar al templo (14). De nuevo pone Lc de ejemplo a un samaritano (heterodoxo), en contraste con los judíos (10,30-37). Sólo el samaritano reconoce que la adhesión a Jesús, que lo ha curado, y la pertenencia al Reino basta para liberarlos de toda marginación; los demás se sienten aún vinculados a la institución judía y desean ser reconocidos por ella (15s).
Extrañeza de Jesús por la ingratitud (7,9: falta de fe) de los discípulos judíos (17s). La fe/adhesión lleva también a la salvación plena (7,50; 8,48; 18,42) (19). La temática sobre la pureza, contra los fariseos y juristas, se ha desarrollado en 11,37-54.
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