domingo, junio 01, 2014

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 25 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. II Reyes 22,8-13; 23,1-3.

228El sumo sacerdote, Jelcías, dijo al cronista Safán:
-He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
9Entregó el libro a Safán, y éste lo leyó. Luego fue a dar cuenta al rey:
-Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras.
10Y le comunicó la noticia:
-El sacerdote Jelcías me ha dado un libro.
11Safán lo leyó ante el rey, y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley, 12se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Jelcías; a Ajicán, hijo deSafán; a Acbor, hijo de Miqueas; al cronista Safán, y a Asaías, funcionario real:
13-Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor está enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él.

231El rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. 3Después, en pie sobre el estado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

Explicación.

22,8 Se introduce con artículo, como cosa conocida. Teóricamente, el arca contenía el libro o protocolo de la alianza sinaítica. El nuevo libro es una cosa diversa, no radicalmente nueva, reconocible. Fue el sacerdote quein lo encontró y dio la noticia; en su actividad sacerdotal tenía que estar familiarizado con muchos contenidos de ese libro.

22,11-13 Basta leer algunas maldiciones de los capítulos 27 y 28 del DT (incluso la versión breve), para comprender la sorpresa y el terror del rey. El libro se convierte en interpretación teológica del momento actual, mientras el rey lo va leyendo: si Judá y Jerusalén han llegado al presente estado, es como castigo enviado por la cólera del Señor. En los oídos del rey el libro suena como voz profética, denunciando delitos; o más bien, de los delitos acumulados en generaciones, que pesan sobre la generación presente. La consulta busca un medio de expiar el delito y apartar la cólera de Dios.

23,1-3 Las ceremonias de renovación de alianza eran conocidas, y el autor no se detiene a describirlas todas. El rey actúa de mediador, como en otro tiempo Moisés y Josué -no sigue el modelo de Joás-. El pueblo escuchaba la lectura pública y respondía con su aceptación, quizá repitiendo el triple "serviremos" (como en Ex 19 y Jos 24).

23,3 Dt 26,16; 30,2.10.

SALMO. 119,33-37.40.

33Enséñame, Señor, el camino de tus estatutos
y lo seguiré puntualmente.
34Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
35Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
36Inclina mi corazón a tus preceptos
y no al lucro.
37 Aparta mis ojos de miradas vacías,
en tu camino dame vida. 

40Mira cómo ansío tus decretos;
con tu justicia dame vida.  


Explicación.

119,33-40 Al llegar a la letra H, el autor recurre a formas verbales en hifil, factitivas. Así resulta que no es el hombre quien comprende, sino Dios quien le hace comprender. El sustantivo lora (que traducimos por ley) se transforma en "instrúyeme"; el caminar en "encamíname", inclinarse en "inclinar", apartarse en "apartar". El hombre suplica, Dios actúa. Sobresale quizá el "inclinar el corazón", contrarrestando las malas inclinaciones del hombre. 

Trasposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".  

EVANGELIO. Mateo 7,15-20.

  15 Cuidado con los profetas falsos, esos que se os acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis; a ver, ¿se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
                  17 Así, los arboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
18 Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un arbol dañado dar frutos buenos,
19 y todo árbol que no da fruto bueno se corta y se echa al fuego.
20 Total, que por sus frutos los conoceréis.

Explicación.

Palabras engañosas (15-20): los que pretenden hablar en nombre de Dios (falsos profetas), pero buscan sólo su propio interés. La comunidad los conoce por su modo de obrar, reflejo infalible de las actitudes profundas. Frutos buenos y malos (17-20): lo que sirve o no sirve para la vida.

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