Primera Lectura: I Samuel 1:24-28
24Ana se quedó en casa y crió a su hijo hasta que lo destetó. Entonces subió con él al templo del Señor de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. 25Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, 26diciendo:
-ASeñor, por tu vida, o soy la mujer que estuvo aquí, junto a ti, rezando al Señor.27Este niño es lo que yo pedía; el Seño r me ha concedido mi petición. 28Por eso yo se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.
Después se postraron ante el Señor.
Explicación.
1,27-28. Último juego de palabras montado sobre la raíz pedir sh´l; el castellano la imita en parte con los verbos conceder-ceder. Según la versión griega, el capítulo termina "y lo dejó allí en presencia del Señor".
Salmo Responsorial: I Samuel 2:1, 4-8
Canto de Ana (Sal 113; Lc 1,46-55).
1Y Ana rezó esta oración:
"Mi corazón se regocija
por el Señor,
mi poder se exalta por Dios,
mi boca se ríe
de mis enemigos
porque celebro tu salvación.
4Se rompen los arcos
de los valientes,
mientras los cobardes
se ciñen de valor;
5los hartos se contratan
por el pan,
mientras los hambrientos
engordan;
la mujer estéril
da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos
queda baldía.
6El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
7da la pobreza y la riqueza,
el Señor humilla y enaltece.
8Él levanta del polvo
al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente
entre príncipes
y que herede un trono glorioso,
pues del Señor
son los pilares de la tierra
y sobre ellos afianzó el orbe.
Explicación.
2,1. El comienzo se destaca por su construcción: tres enunciados muy paralelos, morfológicamente en tercera persona, desembocan violentamente en el hemistiquio que hace explícito el diálogo: mente, poder (cuerno), boca, yo-tú. La tercera pieza sirve para cerrar en inclusión el salmo, indicando que el o anónimo es el rey.
La salvación equivale a la victoria, y así se podría traducir. Véanse Sal 5,12; 9,2; 35,21.
2,5. Véase Sal 113,9.
2,6. En medio del himno suena esta confesión central: aquí se exalta el Señor, más que en su poderío cósmico. Porque la estéril tiene una matriz muerta (Rom, 4,193, dar la fecundidad es hacer revivir. Véase Sal 30,4). Este verso con el siguiente, repitiendo el nombre del Señor, le asigna siete participios comenzados por m-; auténtica concentración de predicados.
2,7. Véase Sal 75,8.
2,8. Véanse Sal 113,7 y 24,2; 75,4; 104,5. Lo cósmico aparece aquí con una estabilidad que contrasta con los cambios de la historia.
Evangelio: Lucas 1:46-56
46 Entonces dijo María:
-Proclama mi alma la grandeza del Señor
47 y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
48 porque se ha fijado en la humillación de su sierva.
Pues mira, desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
49 porque el Potente ha hecho grandes cosas en mi
favor: Santo es su nombre
50 y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
51 Su brazo ha intervenido con fuerza,
ha desbaratado los planes de los arrogantes:
52 derriba del trono a los podersos
y encumbra a los humildes;
53 a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide de vacío.
54 Ha auxiliado a Israel, su servidor,
acordándose, como lo había prometido a nuestros padres,
55 de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia,
por siempre.
56 María se quedó con ella cuatro meses y se volvió a su casa.
EXPLICACIÓN.
Por boca de María pronuncia su cántico el Israel fiel a Dios y a su alianza (46-48), el que ha creído en las promesas. Alaba a Dios por su cumplimiento, que ve inminente por el hecho de la concepción del Mesías. Dios mi salvador (47; cf. Sal 24,1; 25,5; Miq 7,7, etc), título clave del cántico, cuyo tema va a ser la salvación que Dios realiza en Israel; la humillación (48): en el AT, estado de opresión de que Dios libra a su pueblo (Dt 26,7; Sal 136,23; Neh 9,9); grandes cosas (49): se decía en particular de la salida de Egipto (Dt 10,21) y de la liberación de Babilonia (Jr 33,3, segundo éxodo); sus fieles (50), representados por María, "la sierva" (Éx 20,6).
Ha intervenido (51: aoristo profético): Se ve el futuro como realización efectuada e infalible de una decisión divina ya tomada. Se explica la salvación que Dios va a realizar. Su brazo (Éx 6,6; Dt 4,34); los arrogantes (cf. Is 13,11), explicitados a continuación como los poderosos y los ricos (52s). La acción liberadora va a consistir en una subversión del orden social: exaltación de los humildes (1 Sm 2,5.7s; 2 Sm 22,28; Sal 72,1-4.12s; 75,5; 107,9.40s; 147,6; Eclo 10,14, etc), caída de los opresores (cf. 6,21; 11,13; Job 15,29; Jr 17,11). Destinatario de la salvación: Israel su servidor (54) (Is 41,8s; 42,1; 44,1.2.21; 45,4) = "sus fieles" (50) = "su sierva" (48). Dios no ha olvidado su misericordia/amor (Sal 98,3), como podía haber sospechado Israel ante los numerosos desastres históricos que ha sufrido. Amor prometido a los padres/patriarcas (55) (Gn 12,2ss; 15,4sss; 17,7; 22,17); fidelidad de Dios (54s). Lc menciona por adelantado la vuelta de María (56).
No hay comentarios:
Publicar un comentario