domingo, noviembre 06, 2011

Domingo 27 de noviembre de 2011. Mc 13,33-37.

33¡Andaos con cuidado, ahuyentad el sueño, que no sabéis cuándo va a ser el momento! Es como un hombre que se marchó de su país: dejó su casa, dio a los siervos su autoridad -a cada uno su tarea- 34y en especial al portero le mandó mantenerse despierto.
35Por tanto, manteneos despiertos, que no sabéis cuándo va a llegar el señor de la casa -si al oscurecer o a media noche o al canto del gallo o de mañana-, 36no sea que, al llegar de improviso, os encuentre dormidos.
37Y lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: manteneos despiertos.


Explicación.

Segunda unidad (32-37). Introducción: El día, la llegada del Hombre (13,26), la salvación (13,27: el Reino definitivo); la hora, la de la pasión del discípulo (13,11: ayuda divina, el Espíritu); ambos, acontecimientos no únicos, sino iterados, constituyen el «fin de cada discípulo 3,13); nadie entiende, a nadie competen más que al Padre; toca a él solo reivindicar al Hijo y a sus seguidores ante los perseguidores (cf. 2,36); confianza en su amor (Padre, nombre de Dios en la comunidad cristiana; cf. 13,19: «Dios», el Creador, referido a la humanidad entera; 13,20.22: «el Señor» = Yahvé, a la antigua alianza) (32). Lo que toca a los discípulos es cumplir con su tarea. Analogía: un hombre... de viaje, cf. 12,1; su casa/hogar, cf. 2,15; 9,33b; 10,10, la nueva comunidad, compuesta de los dos grupos de seguidores; los siervos, para rescatar a los los que sufren la opresión (cf. 10,44.45); su autoridad, el Espíritu (2,10), para borrar el pasado (2,5) y comunicar vida (2,10ss); su tarea, modo personal de ejercer el servicio (33). El portero, la comunidad en cuanto ha de abrir las puertas a los paganos (cf. 13 ,29: «a las puertas»); mantenerse despierto, aceptar y hacer propia la actitud de Jesús ante la persecución y la muerte, que aparece como un fracaso (cf. 14,34.37s; 3,9-13; 8,34: «renegar de sí mismo, cargar con su cruz»). Esta entrega por amor a la humanidad es el mandamiento de Jesús (le mandó; cf.10,3.5), que sustituye a los de la antigua alianza (12,29-31) (34). El señor de la casa (cf. 12,9: «el señor/dueño de la viña»), función divina de Jesús, el Hombre; al oscurecer, etc., las cuatro partes en que los romanos dividían la noche (cf. 6,48); contexto de misión universal (13,10; 4.9); de improviso, no hay tiempo para cambiar de actitud.(v. 33: «no sabéis” el momento de la persecución); dormidos, la fidelidad de los discípulos, en peligro (cf. 14,37.40.41) (35-36). El mandamiento vale
para todos sus seguidores, tanto los discípulos, israelitas (vosotros) como para los no israelitas (todos) (37).

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