domingo, junio 01, 2014

LECTURAS DEL LUNES 30 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Amós 2,6-10.13-16.

6Así dice el Señor: A Israel, por tres delitos
y por el cuarto, no le perdonaré:
porque venden al inocente por dinero
y al pobre por un par de sandalias;
7revuelcan en el polvo al desvalido
y tuercen el proceso del indigente.
Padre e hijo van juntos a una mujer
profanando mi santo nombre;
8se acuestan sobre ropas dejadas en fianza,
junto a cualquier altar,
beben vino de multas
en el templo de su Dios.
9Yo destruí a los amorreos al llegar ellos:
eran altos como cedros,
fuertes como encinas;
destruí arriba el fruto, abajo la raíz.
10Yo os saqué a vosotros de Egipto,
os conduje por el desierto cuarenta años,
para que conquistarais el país amorreo.
13Pues mirad, yo os aplastaré en el suelo,
como un carro cargado de gavillas:
14 el más veloz no logrará huir,
el más fuerte no sacará fuerzas,
el soldado no salvará la vida;
15el arquero no resistirá,
el más ágil no se salvará,
el jinete no salvará la vida;
16el más valiente entre los soldados
huirá desnudo aquel día -oráculo del Señor-.

Explicación.

2,6b-7a El primer adjetivo califica los otros tres: son víctimas "inocentes". No son delincuentes ni deudores, o sus deudas son minúsculas.

2,7b-8 Tres delitos relacionados con el culto o la santidad. Sobre el primero nos falta información legal: llama a la mujer "muchacha", no prostituta extranjera de profesión (nokriya, zona) y menos prostituta sagrada. El delito no es la simple fornicación, sino que padre e hijo tengan relaciones con la misma. La deshonra de la muchacha (israelita) redunda en deshonor del nombre santo, lo profana.
El segundo delito se relaciona con la ley de Éx 22,25; Dt 24,12s.17, dictada para defender derechos elementales de los menesterosos. La última cláusula -si no es adición- constituye un agravante.
El tercero puede aludir a Éx 21,22 y Dt 22,19: las multas se pagaban al templo o al perjudicado como compensación. El delito consiste en abusar del cargo o en exigirlas para vicios.

2,9 La injusticia resalta sobre el don gratuito de la tierra. Dios como soberano (no se plantea un problema de teodicea) tuvo que despejar el terreno donde estaban arraigados y florecientes los amorreos.

2,10 Estiliza en tres tiempos la liberación: salida de Egipto - camino por el desierto - conquista de la tierra. Is 30,10; Am 7,12s.

2,13 La comparación es elusiva: aplastar con un carro pacífico bajo el peso de una cosecha óptima es sarcasmo en el castigo. Quiza insinúe que la prosperidad injusta se volverá contra ellos.

2,14-16 De la imagen pacífica salta a la visión militar. Las dos cualidades que se estiman en un soldado son fuerza para resistir y agilidad para maniobrar.


SALMO. 50,16-23.

16AI pecador le dice Dios:
¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes en la boca mi alianza,
17tú que detestas la corrección
y  te echas a la espalda mis mandatos?
18Cuando ves un ladrón, corres con él,
eres del partido de los adúlteros,
19sueltas la boca para el mal,
tu lengua urde engaños,
20te sientas a murmurar de tu hermano
infamas al hijo de tu madre.
21Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
22Atención, los que olvidáis a Dios,
no sea que os destroce sin remedio.
23EI que ofrece como sacrificio la confesión
me glorifica; 
Explicación.
50,16-21 El pueblo pecador, además de ser puntual en el culto, recita de memoria los mandamientos de la alianza, el decálogo; no para tenerlos presentes, sino para echárselos a la espalda (Eclo 21,15). Pero Dios no calla y se los pone delante (cfr. Sal 90,8).

50,16 Este "pecador" o injusto es el mismo personaje de antes, el irreprochable en el culto.

50,17 Desechar la corrección, verbal o física, es afianzarse en el delito, agravándolo con la contumacia: Prov 15,12; Eclo 32,18.

50,18-20. El recuento de pecados es concreto y selectivo; probablemente admitía cambios circunstanciales. Los delitos están tomados inmediata o mediatamente del decálogo: adulterio, robo, falso testimonio. Considera la vida familiar, la propiedad repartida, el poder corrosivo de la lengua en negocios y en la convivencia social: Eclo 28,17s.

50,21 Ocupa el lugar de las pruebas materiales, con una fórmula jurídica clásica, que Dios invoca porque lo conoce todo. Contrasta con el compromiso de Ex 19,8; 24,3.7. "Como tú": el hombre concibe a Dios a su imagen legítimamente, porque es imagen suya; necesariamente, porque sólo puede concebir al modo humano; viciosamente, cando empequeñece o deforma a Dios. Se fabrica
mentalmente un Dios complaciente, cómplice.

50,22-23 La peroración ofrece dos salidas al pleito penitencial. La primera, buscada por Dios, es el arrepentimiento, conversión y enmienda. La otra es el rechazo y endurecimiento culpables: compárese con Is 1,19s. Dios ofrece al hombre la reconciliación; si el hombre la rechaza, puede perder la ocasión y provocar la catástrofe irremediable.

50,22 "Los que olvidan a Dios" son los que ofrecen a diario sacrificios, los que recitan de memoria el decálogo. Es que el Dios que se han fabricado no es el verdadero. El hombre será la "presa" que Dios no suelta: comparado con los versos 10-11 suena con ironía.

50,23 La respuesta positiva está en singular, como responsabilidad personal. Dos participios la definen: "sacrifica confesión" y "dispone el camino" o conducta. Lo primero recoge la conclusión de la primera parte (14), lo segundo completa el arrepentimiento con la enmienda.
A cambio de ello, Dios le promete hacerle gozar o disfrutar de la "salvación divina". Últimas palabras de un salmo áspero y liberador. Ahora le toca hablar al hombre. 

EVANGELIO. Mateo 8,18-22.

18 Al ver Jesús que una multitud lo rodeaba dio orden de salir para la otra orilla.
19 Se le acercó un letrado y le dijo:
                   - Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
                   20 Jesús le respondió:
                   - Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
                  21 Otro, ya discípulo, le dijo:
                  - Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre.
                  22 Jesús le replicó:
                  - Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.

EXPLICACIÓN.

18 - 22.        Evita la popularidad (18). La otra orilla, las regiones paganas. El letrado reconoce la superioridad de Jesús como maestro. El Hombre (lit.. "el Hijo del hombre"), con doble artículo, indicando unicidad y excelencia, la plenitud humana de Jesús, efecto de la bajada del Espíritu sobre él (3,16). La labor de Jesús es una pura entrega, sin hogar ni descanso. El discípulo ha de participar en la misión del maestro. El padre (21s) representa la tradición, el modelo al que hay que ajustarse. Enterrar al padre indica la veneración, el respeto y estima por el pasado que representa. Ha de desentenderse de ese pasado, romper con la tradición. Los muertos, los que profesan esas tradiciones; sus muertos, las tradiciones mismas. La tradición muerta engendra muertos.

LECTURAS DEL DOMINGO 29 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Hechos 12,1-11.

1 En aquella ocasión el rey Herodes echó mano a algunos miembros de la comunidad para ensañarse con ellos.
2 Hizo pasar a cuchillo a Santiago, el hermano de Juan.
3 Viendo que esto agradaba a los judíos, procedió a detener también a Pedro. Eran los días de la fiesta de los Ázimos.
4 Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de vigilarlo a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de hacerlo comparecer ante el pueblo pasadas las fiestas de Pascua.
   5 Mientras Pedro era custodiado en la cárcel, la comunidad oraba a Dios insistentemente por él. 
6 Cuando Herodes iba a hacerlo comparecer, aquella noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y centinelas hacían guardia a la guerra de la cárcel.
                  7 En esto se presentó el ángel del Señor, y una luz brilló en la celda. Golpeándolo en el costado, despertó a Pedro y le dijo:
                  - Date prisa, levántate.
                  Se le cayeron las cadenas de las manos,
8 y el ángel añadió:
                  - Ponte el cinturón y cálzate las sandalias.
                  Así lo hizo, y el ángel le dijo:
                  - Échate el manto y sígueme.
                  9 Salió y se puso a seguirlo, sin saber si lo que hacía el ángel era real; más bien creía ver una visión.
10 Atravesaron la primera y la segunda guardia y llegaron al portón de hierro que daba salida a la ciudad, y se les abrió por sí solo. Salieron y, en cuanto llegaron al final de la calle, el ángel se separó de él.
                   11 Al tomar conciencia de lo sucedido, dijo Pedro:
                    - Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su angel para librarme de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo judío.
EXPLICACIÓN.

                   1 - 4. La aceptación de una colecta procedente de grupos extranjeros no judíos provoca un cambio radical de actitud en el rey Herodes respecto a la iglesia de Jerusalén (1). Herodes Agripa I reinó en Judea y Samaría los años 41-44 d.C. Consciente de la susceptabilidad nacional y religiosa de los judíos, primero tantea el ambiente haciendo degollar a Santiago, hermano de Juan, primer mártir del grupo apostólico (2); el respaldo del pueblo judío le da alas para hacer encarcelar a Pedro, representante de una iglesia que, por haber aceptado ayuda de paganos, ha perdido las simpatías del pueblo (3a, cf. 5,13.26).

                 La persecución afecta de lleno a los apóstoles. Lc precisa por partida doble que tiene lugar durante las fiestas de Pascua (3b-4). La construcción de esta secuencia se inspira en la escena del Ev. en que el tetrarca Herodes decidió acabar con el Bautista (Lc 3,19s): 1) el tetrarca/rey Herodes; 2) maldades/saña; 3) ulterior propósito de dar remate a estas fechorías; 4) encarcelamiento; 5) mención de Juan Bautista/apóstol, etc.

La liberación de Pedro de la prisión equivale a su éxodo personal, según se desprende de los numersos paralelos con el relato del Éxodo (Éx 12): "aquella noche" (6) o noche de Pascua (4), el ángel del Señor (7, cf. Éx 23,20), los ázimos (3), el ponerse el cinturón y las sandalias (8), la salida precipitada (9s). Se distinguen tres etapas: liberación sin que Pedro tenga conciencia de ello (7-9); cuádruple travesía (primera, segunda guardia, puerta de hierro, primera calle) de la mano del ángel (19); toma de conciencia de Pedro una vez que éste se ha apartado de él (10d-11).

                       Pedro se da cuenta de que el Señor Jesús no sólo lo ha liberado de las manos de Herodes (figura del Faraón), sino también de "toda la expectación del pueblo de los judíos" (11). El sentido de la frase no se limita a la circunstancia histórica; la "expectación"  no es solamente la de su muerte, sino principalmente la expectación mesiánica de Israel, de la que él había participado hasta ese momento (cf. 3,20s); la expresión "pueblo de los judíos" (11), insólita en boca de Pedro, marca una distancia; Pedro ya no se considera miembro de ese pueblo. Se ha completado su conversión (cf. Lc 22,32), ha renunciado a los ideales mesiánicos nacionalistas que le impedían comprender el mensaje universal de Jesús.

SALMO. 34,2-9.

2 Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
3 Yo me glorío del Señor:
que lo escuchen los humildes y se alegren.
4 Engrandeced conmigo al Señor,
ensalcemos junto su nombre.

5 Consulté al Señor y me respondió
librándome de todas mis ansias.
6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se sonrojará.
7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
lo salvó de todos sus peligros.
8 El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles protegiéndolos.
9 Gustad y apreciad que bueno es el Señor:
dichoso el varón que se acoge a él.


Explicación.

34,2 "En todo momento": varias veces insiste el orante en la totalidad: 5.7.18.20.21.

34,3 El hombre no debe gloriarse de méritos propios; su orgullo es el Señor su Dios: Jr 9,22s. Lo cual es otra forma de alabanza. Si los marginados pueden alegrarse de la experiencia del orante, es que él no es ajeno a la categoría.

34,4 "Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.

34,5 Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina serena, tranquiliza.

34,6 Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación (Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y 34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración, saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar este verso como lema de la oración contemplativa.

34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.

34,8 "Acampar protegiendo" puede pertenecer al lenguaje militar. Implica que el "ángel del Señor", como capitán, dispone un escuadrón que rodea. Resuenan relatos de Éx y Nm.

34,9 Es un caso de "aplicación de sentidos". Los sentidos corporales se toman como símbolo de experiencia espiritual. Se selecciona la inmediatez no discursiva y la duración pausada. Una traducción corpórea sonaría: "saboread lo sabroso que es el Señor". El símbolo pasa al lenguaje espiritual.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor, vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12 exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor 3,7-18. 

SEGUNDA LECTURA. II Timoteo 4,6-8.17-18.

6pues por lo que a mí toca, estoy para derramar mi sangre y no me falta mucho para soltar amarras. 7He competido en noble lucha, he corrido hasta la meta, me he mantenido fiel. 8Ahora ya me aguarda la merecida corona con la que el Señor, juez justo, me premiará el último día; y no sólo a mí, sino también a todos los que anhelan su venida.
17Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas; quería anunciar íntegro el mensaje por mi medio y que lo oyera todo el mundo pagano; él me libró de las fauces del león. 18El Señor seguirá librándome de toda acción malvada y me guardará incólume para su reino celeste. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Explicación.

Derramar mi sangre, cf. Flp 2,17. El fruto de la dedicación (5-8).

Seguridad de Pablo (16-18). Saludos.  

EVANGELIO. Mateo 16,13-19.

   13 Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
- ¿Quién dice la gente que es el Hombre?
                14 Contestaron ellos:
- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
                15 Él les preguntó:
                - Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
                16 Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
                - Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
               17 Jesús le respondió:
               - ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo.
18 Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi comunidad y el poder de la muerte no la derrotará.
19 Te daré las llaves del reino de Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

            

EXPLICACIÓN.

Fuera del territorio judío y de la concepción del Mesías nacionalista. El Hombre es el portador del Espíritu de Dios (3,16s), pero la gente lo asimila a personajes del AT. No descubren su novedad (14). Simón Pedro se hace espontáneamente el portavoz del grupo (16); sus palabras son una perfecta profesión de fe cristiana: el Mesías Hijo de Dios, en lugar del Mesías hijo de David de la expectación general; vivo, el que posee la vida y la comunica; también el Hijo es dador de via y vencedor de la muerte. Bienaventuranza (17). Es el Padre quien comunica el conocimiento de su Hijo. Pedro es uno de la gente sencilla (11,25-27). Esta revelación no es, por tanto, un privilegio suyo, está ofrecida a todos, pero sólo los "sencillos" están en disposición de recibirla. Respuesta de Jesús (18) a la profesión de fe (16: Tú eres; 18: Tú eres). Piedra/Pedro y roca no son equivalentes: la piedra puede lanzarse (2 Mac 1,16; 4,41); la roca es inamovible. En 7,24s, se trataba de la vida del creyente; en este pasaje, de la vida de la comunidad mesiánica. La primera se concebía como una casa, la segunda, como una ciudad (Iglesia, cf. 5,14; 27,53), es decir, como una sociedad humana. En el primer caso, la roca era la conducta según el mensaje de las bienaventuranzas; en el segundo, es la fe/adhesión a Jesús Mesías Hijo de Dios. El que la profese, es "piedra", entra en la construcción de la nueva ciudad. Se presenta el reino de la muerte (18b) como una ciudad enemiga; sus puertas (el lugar más fortificado) representa su poder. Victoria sobre la muerte. Dos imágenes paralelas describen ciertas funciones de los creyentes; representados por Pedro, admiten o rechazan en la nueva comunidad (el reino de Dios) (cf. Is 22,22). Desatar, perdonar los pecados de los que con fe en Jesús (cf. 9,8) se incorporarn a la comunidad, cancelar un pasado permitiendo comenzar una vida nueva; atar, imputar el pecado, excluir de la comunidad (cf. 18,15-18).

LECTURAS DEL SÁBADO 28 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Lamentaciones 2,2.10-14.18-19.

2El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob,
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá,
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes. 

10Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos,
se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal;
las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
11 Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas,
se derrama por tierra mi hiel,
por la ruina de la capital de mi pueblo,
muchachos y niños de pecho desfallecen por las calles de la ciudad.
12Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay pan y vino?,
mientras desfallecían, como los heridos,
por las calles de la ciudad,
mientras expiraban en brazos de sus madres.
13¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén?,
¿a quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella?
Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?
14Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas;
y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte,
sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras. 

18Grita con toda el alma al Señor; laméntate, Sión,
derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche,
no te concedas reposo, no descansen tus ojos.
19Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia,
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor,
levanta hacia él las manos, por la vida de tus niños
(desfallecidos de hambre en las encrucijadas): 


Explicación.

2,2 Sin compasión: Ez 9,5.10. Demolió: Sal 79,13. Profanó: Is 43,28. La humillación del rey, dado su carácter sagrado, es una profanación; es decir, Dios mismo rechaza la consagración y deja que lo traten como a un cualquiera.  


2,10 Gestos de duelo: pueden verse Job 2,8.12; Is 3,2s; 47,1; Ez 27,30; Jr 4,8, etc. La tierra (suelo) como plano de humillación recurre en el capítulo: 1 b.2c.9a.1 Oac.11 b. 21 a.

2,11 Job 16,14.

2,12 Es una de las escenas más patéticas de la serie.

2,13 El poeta busca en vano comparaciones: ¿aliviará el dolor el sentirse en compañía de otros que sufren? Aun ese consuelo menguado es imposible. El mar como imagen de inmensidad: Is 11,9.

2,14 En esta estrofa se adensa el recuerdo de Jeremías: su polémica con los falsos profetas (5,31; 23,13-32; 27-28; 29,8-9), la referencia a los oráculos (23,33-40), su expresión "cambiar la suerte" (32,44-33,7). Lo que no lograron hacer los profetas lo quiere conseguir el poeta conduciendo al pueblo por el llanto a la conversión. 

2,18 El texto hebreo del primer verso es dudoso; admitimos las correcciones comúnmente aceptadas. Para valorar la imagen hay que tener en cuenta que en hebreo la misma palabra significa ojo y fuente. Véanse Sal 77, 3 y 42,4, también Jr 13,17; 14,17. Pupila (= niña): "niña del ojo", como en hebreo.

2,19 La visión de los hijos en brazos de las madres conduce a la imagen de la ciudad como madre que ha de interceder por sus hijos. Un verso advenedizo se ha introducido al final de la estrofa: "desfallecidos de hambre en los cruces de las calles".
   

SALMO. 74,1-7.20-21.

(Sal 76; Lam 2; Eclo 36,1-22)


I ¿Por qué, oh Dios, nos tienes abandonados
y humea tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
2Acuérdate de la comunidad que fundaste antaño,
que rescataste como tribu de tu propiedad
del Monte Sión donde habitabas.
3Dirige tus pasos a estas ruinas perpetuas,
a todo el destrozo del enemigo en el santuario.  

4Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
plantaron como señal sus estandartes.
5Apareció como quien se abre paso a hachazos
hacia arriba en la espesura;
6arrancaron todos los relieves,
los trituraron con martillos y mazas;
7prendieron fuego a tu santuario,
profanaron por tierra la morada de tu nombre. 

20Fíjate en la alianza: que están llenos
los escondrijos del país de reductos de violencia.
21Que el oprimido no salga defraudado,
que pobres y afligidos puedan alabar tu nombre.  
Explicación.

74,1-2 Establecen la tonalidad de la pieza. La pregunta es mezcla de estupor y reproche. Estupor por la nueva imagen del Señor, que no concuerda con la antigua. Reproche porque no es justo deshacer lo hecho, rechazar lo elegido, repudiar lo rescatado, consagrar una morada y dejarla profanar.

74,1 El incendio de la "cólera humea": Is 65.5.
74,2 "Fundar" o adquirir: Ex 15,16; Dt 32,6.

74,3-9 El Señor, como un soberano distraído u olvidadizo, es invitado a inspeccionar personalmente el templo en ruinas: no son recientes, ahí están hace tiempo, y el dueño sin darse por enterado. El orante se ofrece de guía y, con las ruinas a la vista, le cuenta o describe a Dios lo que pasó. El guía se atreve incluso a leer los pensamientos de los devastadores.

74,4 En plena ceremonia litúrgica resuena el "rugido" del enemigo, como de una fiera que aterroriza a los presentes. Plantan sus "estandartes" como señales de victoria.
74,5-6 El texto es muy difícil. Es la escena de una soldadesca ebria de venganza y destrucción. Yo lo imagino así: se abren camino a hachazos por el magnífico templo como si fuera por la fraga o la breña. Otros imaginan un entramado artificioso y decorativo, en el cual se ensañan.

74,7 Todo acaba con el incendio. El edificio sagrado queda profanado. Como fondo habría que recordar los trabajos de construcción del templo, 1 Re 7; véanse también Lam 3,11; Is 64,10. 
74,20 La "alianza" sigue en vigor; el texto no ha perecido en el incendio del templo. El segundo hemistiquio es dudoso; procuro mantener el texto hebreo.  
Trasposición cristiana.

La clave de trasposición consiste en tomar el templo como símbolo de la Iglesia, perseguida a través de los siglos. A través de ella se persigue la causa del Señor glorificado. A veces el pueblo cristiano no descubre las señales de la presencia de Dios, no oye la voz unívoca de un profeta acreditado. La respuesta permanente es el templo del cuerpo, muerto y resucitado.  
EVANGELIO. Lucas 2,41-51.

41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.


EXPLICACIÓN.
María y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").

Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.

Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.

No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).

LECTURAS DEL VIERNES 27 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Deuteronomio 7,6-11.

6Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
7>>Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió no fue por ser vosotros más numerosos que los demás -porque sois el pueblo más pequeño-, 8sino que por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó el Señor de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del faraón, rey de Egipto. 9Así sabrás que el Señor, tu Dios, es Dios, un Dios fiel: a los que aman y guardan sus preceptos, les mantiene su alianza y su favor por mil generaciones; 10al que lo aborrece, le paga en persona sin hacerse esperar, al que le aobrrece le paga en persona. 11Pon por obra estos preceptos y los mandatos y decretos que te mando hoy.

Explicación.

7,6 Define al pueblo. Consagrado, pasa a la esfera de la santidad (Éx 19,6; Lv, frecuente);  elegido, con preferencia a otros, por iniciativa de Dios; propiedad personal del Señor, inalienable.

7,7-8 Es el favor y amor de Dios lo que engrandece, no el número. ¿Contradice esta afirmación la promesa patriarcal de fecundidad? Más bien la relativiza: ¿qué eran los judíos en el inmenso imperio persa? (cfr. Esd 9,8). Pero Dios escoge lo pequeño y débil para ejercer y manifestar en ello su poder y grandeza. Al jurar, Dios se compromete; pero ¿por qué jura? ¿Por amor a la descendencia futura, "vosotros", o ya por amor al patriarca? Véase Is 41,8.

7,9-10 El principio de la retribución introduce condiciones de respuesta humana en favor de Dios; al mismo tiempo hace resaltar la diferencia entre el castigo individual, "en persona", y el favor indefinido (5,10; Éx 20,6). El "amor" del hombre debe responder al de Dios.

SALMO. 103,1-4.6-7.8.10

(Eclo 18,8-14)

1Bendice, alma mía, al Señor

y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.

3ÉI perdona todas tus culpas,
cura todas tus dolencias.
4ÉI rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión.
6EI Señor hace justicia
y defiende a los oprimidos. 

7Enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los israelitas.
8«EI Señor es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso». 
10No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.  
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,3-6 Los seis participios son enumerativos. Podemos agrupar tres: perdona el pecado, causa, cura la enfermedad, consecuencia, salva de la muerte, castigo o destino. Los otros tres introducen la terna "compasión, misericordia, bondad" y la bina "justicia y derecho" a favor de los "oprimidos".
103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.
103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado. 
103,6 Hace de charnela. Mirando hacia atrás, generaliza la experiencia personal; mirando adelante, sugiere la primera etapa de Moisés, la "opresión" en Egipto; en Babilonia según Jr 50,33.
103,7 Por la ley del paralelismo, los dos predicados valen para los dos sujetos: véase Ex 19,13. 8. En Ex 34,6 se presenta la fórmula como autoproclamación del Señor. Otros textos litúrgicos ofrecen con variaciones la fórmula: JI 2,13; Jon 4,2; Sal 86,15; 145,8; Neh9,17.
103,9-10 Empieza el comentario con cuatro oraciones negativas, que no niegan los verbos, sino los adverbios. Acusa y pleitea, pero no perpetuamente; paga y castiga, pero no como merecemos. A la queja de Lam 5,20, a la pregunta de Sal 77,8 responde: "no para siempre"; el doble castigo de Is 40,1 lo corrige: "no como merecemos". La medida del castigo no es el delito, porque su justicia está temperada y superada por la misericordia. 
Trasposición cristiana.
 Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s. 
 SEGUNDA LECTURA. 1 Jn 4,7-16.
 7 Amigos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 8El que no ama no tiene idea de Dios, porque Dios es amor.
9De este modo se manifestó entre nosotros el amor de Dios: enviando al mundo a su Hijo único para que tuviésemos vida por su medio.
10Esto define a ese amor: no el haber nosotros amado antes a Dios, sino el habernos él demostrado su amor enviando a su Hijo para que expiase nuestros pecados.
11 Amigos míos, si Dios nos ha amado así, es deber nuestro amamos unos a otros. 12 A la divinidad nadie la ha visto nunca; si nos amamos mutuamente, Dios habita en nosotros y su amor queda realizado en nosotros. I3Ésta es la señal de que habitamos en él y él en nosotros, que nos ha
hecho participar de su Espíritu.
14Nosotros lo hemos contemplado y atestiguamos que el Padre envió a su Hijo al mundo para salvar al mundo.
15Si uno reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios habita en él y él en Dios. 16Por nuestra parte, le hemos dado fe y conocemos el amor que Dios mantiene en nosotros. Dios es amor: quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. 
Explicación.
Dios es la fuente del amor; no se puede comprender la verdadera naturaleza del amor, a menos de reconocer que su origen está más allá del hombre mismo. El amor mutuo prueba que se es hijo de Dios, porque el que ama se comporta como Dios mismo; y sólo el que tiene experiencia del amor puede conocer a Dios, que es amor (8). La afirmación Dios es amor significa que éste no es sólo un aspecto de la actitud o actividad de Dios para con el hombre, sino que en Dios el amor lo es todo, y que todo lo que hace es expresión del amor que constituye su ser. La metáfora inicial de la carta, «Dios es luz» (1,5), se corresponde con la afirmación «Dios es amor»: la luz es el amor/vida (cf. Jn 1,4) en cuanto se manifiesta («brilla»), puede ser conocido y transforma («ilumina») al hombre.

Cada uno ha podido percibir el amor de Dios, por la vida que ha recibido de Jesús (9). El amor es desinteresado y no es una mera respuesta, sino el don de sí mismo; así lo ha demostrado Dios enviando a su Hijo. No es mera respuesta, porque de hecho el hombre no había ofrecido nada a Dios, incapacitado para hacerlo por su conducta injusta, contraria y cerrada al amor, que creaba un obstáculo insuperable para recibir el amor de Dios. Éste, por propia iniciativa, envió a su Hijo para quitar el obstáculo (cf. 2,2) (10).

La respuesta al amor es amar (11), y el amor del hombre necesita ver y comprender, lo que es imposible respecto a Dios (cf. Jn 1,18). Pero el amor mutuo es la señal de que Dios está con los hombres y de que su propósito, la realización del hombre, se cumple (12). La experiencia del Espíritu da conciencia al hombre de esta presencia de Dios en él (13).

Además del testimonio interno del Espíritu, está el externo, el de los testigos presenciales de la vida de Jesús en la tierra, que ha quedado plasmado en el evangelio (Jn 1,32.34; 19,35; 21,24) y que se ha transmitido en la comunidad. El plan de Dios es salvar al mundo por medio de Jesús (Jn 3,17); para salvar, lit, «como Salvador», término helenístico equivalente al hebreo Mesías (cf. Jn 4,25.42) (14). Lo importante es reconocer que el hombre Jesús, que vivió en la historia, es el Hijo de Dios, capaz de revelar a los hombres lo que realmente es Dios. De hecho, Jesús es el que, por amor a los hombres, llegó a dar su vida, traducción en términos humanos del amor infinito e irreversible de Dios por el hombre (15). Dado que Dios es amor, el hombre que ama puede estar seguro de que está unido con Dios (16).
  EVANGELIO. Mateo 11,25-30.
  25 En aquella ocasión exclamó Jesús:
                   - Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;
26 sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
                  27 Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
                  28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. 
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro,
30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

EXPLICACIÓN.

25 - 30.      Los intelectuales no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Es la ausencia de todo interés torcido lo que permite discernir el plan de Dios. (11,19b). Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia. Me lo ha entregado todo, cf. 1,23: "Dios con nosotros"; 3,17; "mi Hijo", La relación íntima entre Jesús y el Padre, por la comunidad de Espíritu (3,16); sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta el amor de Dios como Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento. Se atribuye al Padre o a Jesús o que depende de la disposición del homre (27). "Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.

LECTURAS DEL JUEVES 26 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. II Reyes 24,8-17.

8Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. 9Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
10En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. 11Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. 12Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. 13(Se llevó los tesoros del templo y de palacio, y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. 14Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos -diez mil deportados-, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe). 15Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados de Jerusalén a Babilonia el rey, la reina madre y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, 16todos los ricos -siete mil deportados-, los herreros y cerrajeros -mil deportados-, todos aptos para la guerra. 17En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.

Explicación.

24,8 El partido de la resistencia contaba con que el hijo de Jeconías (Yehoyakin) continuase la política paterna. Al principio el joven cedió a los ministros; pero cuando un ejército en regla asedió la capital, Jeconías se rindió para salvar la vida y la ciudad. El emperador tomó represalias, impuso fuerte tributos y  nombró un rey vasallo, de la familia de Josías: Sedecías.

24,12 Entre los deportados de la primera ola marchó a Babilonia un joven sacerdote que había de recibir su vocación profética en el destierro; anunció la caída definitiva y la esperanza de restauración: se llamaba Ezequiel. Para este profeta, Jeconías sigue siendo el rey legítimo, los años se siguen contando según su accesión al trono.

24,13-14 Adición posterior que anticipa hechos de la segunda deportación. Véase Jr 27,22. Los versos siguientes dan la versión original. *O: según lo que había anunciado el Señor, Is 20,17s.

24,15-16 Con estas medidas, Nabucodonosor creyó domada la resistencia de los judíos. Se engañaba.

24,17 Es un hijo de Josías, hermano uterino de Joacaz, rel rey depuesto por Necó. También Nabucodonosor respetó los sentimientos religiosos del pueblo, dando al nuevo rey un nombre Yahvista. Sedecías significa "justicia (o victoria) del Señor". ¿Hay un toque de ironía en semejante nombre? (cfr. Jr 23,6).

SALMO. 79,1-5.8-9.

(Sal 44; 74; 102)


1¡Oh Dios!, los paganos han invadido tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
2Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo
la carne de tus leales a las fieras de la tierra.
3Derramaron su sangre como agua
en tomo a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
4Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
burla y baldón de los que nos rodean.

5¿Hasta cuándo, Señor, enojado?
¿siempre ardiendo como fuego tus celos? 
8No nos imputes los delitos de los antepasados.
Que tu compasión se apresure a alcanzamos,
pues estamos agotados.
9Socórrenos, Dios Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre.
Líbranos y expía nuestros pecados,
en atención a tu nombre. 


Explicación.

79,1 La invocación inicial sitúa la descripción y todo el salmo. "Heredad" del Señor es el territorio (Ex 15,17) Y la capital (Sal 47,3). Invadirlo va contra un precepto (Lam 1,10). "Profanar el santuario" es delito denunciado en la ley y los profetas: Lv 15,31; Nm 19,13; Jr 7,30.
79,2. Motivo literario tópico: 1 Sm 17,46; 2 Sm 21,10; 2 Re 9,35-37.

79,3 "Derramar sangre" es fórmula técnica de homicidio. La sangre hay que enterrarla o taparla para que no clame al cielo: Gn 4,10; Job 16,18.
79,5-9 Estos siete versos, con su distribución proporcionada, nos hacen sentir el problema de la discriminación. La comunidad se siente bajo la ira de Dios prolongada; y no pide que cese la ira, sino que cambie de destinatario. 79,6-7 Los paganos se definen por "no reconocer al Señor" ni "invocar su nombre",
de donde se sigue el imperialismo "devorador": cfr. Sal 14. Léase la respuesta del faraón en Ex 5,2. La "dehesa" es el territorio o la capital: Ex 15,13; Is 33,20; Jr 25,30 etc. 


79,8-9 Confesándose culpables, apelan a la compasión de Dios y al honor de su nombre. Los pecados de los antepasados se han acumulado bajo los pecados recientes (Is 65,7), "nuestros": los antiguos que Dios los olvide, los recientes que los "expíe". Estos tres versos son una confesión penitenclal resumida: puede verse ampliada en Esd 9; Neh 9-10; Dn 3 y 9; Bar 1,15-3,8.
79,8 "No imputes" o no recuerdes: con valor judicial: Is 43,25; Jr 31,34.

79,9 Sobre "expiar", además de los textos litúrgicos de Lv y Nm, pueden consultarse Is 6,7; 22,14; 27,9.

EVANGELIO. Mateo 7,21-29.

21 No basta decirme: "¡Señor, Señor!", para entrar en el reino de Dios; no, hay que poner por obra el designio de mi Padre del cielo.
                 22Aquel día muchos me dirán: "Señor, Señor, ¡si hemos profetizado en tu nombre y echado demonios en tu  nombre y hecho muchos prodigios en tu nombre!"
23 Y entonces yo les declararé: "Nunca os he conocido. ¡Lejos de mí los que practican la iniquidad!
                24 En resumen: Todo aquel que escucha estas palabras mías y las pone por obra se parece al hombre sensato que edificó su casa sobre roca. 
25 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada en la roca.
                26 Y todo aquel que escucha estas palabras mías y no las pone por obra se parece al necio que edificó su casa sobre la arena.
27 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos, embistieron contra la casa y se hundió. ¡Y que hundimiento tan grande!
               28 Al terminar Jesús este discurso, las multitudes estaban impresionadas por su enseñanza,
29 porque les enseñaba con autoridad, no como sus letrados.

Explicación.

De nuevo (24-23) el primado de las obras sobre las palabras. Pero, más allá de las obras, Jesús juzga las intenciones. Lo extraordinario carece de valor (22-23) si no nace del amor n tiende a construir el reino de Dios. Parábola final (24-27): se contrapone el llevar o no a la práctica la enseñanza escuchada. La casa, el hombre mismo. El éxito de su vida en medio de las dificultades se basa en un proceder acorde con el mensaje de Jesús, cuyo punto culminante han sido las bienaventuranzas. Asombro de las multitudes (28, cf. 4,25). Jesús no se apoya en la tradición, como los letrados (29), habla con autoridad propia.

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 25 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. II Reyes 22,8-13; 23,1-3.

228El sumo sacerdote, Jelcías, dijo al cronista Safán:
-He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
9Entregó el libro a Safán, y éste lo leyó. Luego fue a dar cuenta al rey:
-Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras.
10Y le comunicó la noticia:
-El sacerdote Jelcías me ha dado un libro.
11Safán lo leyó ante el rey, y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley, 12se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Jelcías; a Ajicán, hijo deSafán; a Acbor, hijo de Miqueas; al cronista Safán, y a Asaías, funcionario real:
13-Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor está enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él.

231El rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. 3Después, en pie sobre el estado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

Explicación.

22,8 Se introduce con artículo, como cosa conocida. Teóricamente, el arca contenía el libro o protocolo de la alianza sinaítica. El nuevo libro es una cosa diversa, no radicalmente nueva, reconocible. Fue el sacerdote quein lo encontró y dio la noticia; en su actividad sacerdotal tenía que estar familiarizado con muchos contenidos de ese libro.

22,11-13 Basta leer algunas maldiciones de los capítulos 27 y 28 del DT (incluso la versión breve), para comprender la sorpresa y el terror del rey. El libro se convierte en interpretación teológica del momento actual, mientras el rey lo va leyendo: si Judá y Jerusalén han llegado al presente estado, es como castigo enviado por la cólera del Señor. En los oídos del rey el libro suena como voz profética, denunciando delitos; o más bien, de los delitos acumulados en generaciones, que pesan sobre la generación presente. La consulta busca un medio de expiar el delito y apartar la cólera de Dios.

23,1-3 Las ceremonias de renovación de alianza eran conocidas, y el autor no se detiene a describirlas todas. El rey actúa de mediador, como en otro tiempo Moisés y Josué -no sigue el modelo de Joás-. El pueblo escuchaba la lectura pública y respondía con su aceptación, quizá repitiendo el triple "serviremos" (como en Ex 19 y Jos 24).

23,3 Dt 26,16; 30,2.10.

SALMO. 119,33-37.40.

33Enséñame, Señor, el camino de tus estatutos
y lo seguiré puntualmente.
34Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
35Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
36Inclina mi corazón a tus preceptos
y no al lucro.
37 Aparta mis ojos de miradas vacías,
en tu camino dame vida. 

40Mira cómo ansío tus decretos;
con tu justicia dame vida.  


Explicación.

119,33-40 Al llegar a la letra H, el autor recurre a formas verbales en hifil, factitivas. Así resulta que no es el hombre quien comprende, sino Dios quien le hace comprender. El sustantivo lora (que traducimos por ley) se transforma en "instrúyeme"; el caminar en "encamíname", inclinarse en "inclinar", apartarse en "apartar". El hombre suplica, Dios actúa. Sobresale quizá el "inclinar el corazón", contrarrestando las malas inclinaciones del hombre. 

Trasposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".  

EVANGELIO. Mateo 7,15-20.

  15 Cuidado con los profetas falsos, esos que se os acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis; a ver, ¿se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
                  17 Así, los arboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
18 Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un arbol dañado dar frutos buenos,
19 y todo árbol que no da fruto bueno se corta y se echa al fuego.
20 Total, que por sus frutos los conoceréis.

Explicación.

Palabras engañosas (15-20): los que pretenden hablar en nombre de Dios (falsos profetas), pero buscan sólo su propio interés. La comunidad los conoce por su modo de obrar, reflejo infalible de las actitudes profundas. Frutos buenos y malos (17-20): lo que sirve o no sirve para la vida.

LECTURAS DEL MARTES 24 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Isaías 49,1-6.

 1Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: 
Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó;
en las entrañas maternas,
y pronunció mi nombre.
2Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba
3y me dijo: "Tú eres mi siervo (Israel),
de quien estoy orgulloso".
4Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas";
en realidad mi derecho lo defendía el Señor,
mi salario lo tenía mi Dios.
5Y ahora habla el Señor, que ya en el vientre
me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob,
para que le reuniese a Israel
-tanto me honró el Señor,
y mi Dios fue mi fuerza-:
6Es poco que seas mi siervo
y restablezcas las tribus de Jacob
y conviertas a los supervivientes de Israel;
te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance
hasta el confín de la tierra.

Explicación.

49,1-3 La llamada comienza en la raíz de la existencia, en un horizonte universal, al servicio de la palabra (51,16s). La palabra de Dios es espada (Ef 6,17; Ap 1,16) y es flecha (Sal 57,5; 64,4; 127,4): arma de cerca y de lejos.

49,4 El fracaso aparente es la paradoja de la misión; Dios se encarga de pagar el servicio: Gn 31,42s; Jr 15,10-18; Ez 33,30-33.

49,5 "Traer y reunir" pueden aludir al destierro y también al cisma que será anulado (11,13).

49,6 La tarea del patriarca era doméstica, fundacional; la del nuevo personaje será internacional: un cambio de la suerte espectacular.

SALMO. 139,1-3.13-15.

1Señor, tú me sondeas y me conoces.
2Me conoces cuando me siento
o me levanto,
de lejos percibes mis pensamientos.
3Disciernes mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. 


13Tú has creado mis entrañas
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias
porque te has distinguido con portentos
y son maravillosas tus obras.
Conoces perfectamente mi aliento,
15no se te oculta mi osamenta.
Cuando me iba formando en lo oculto
y entretejiendo en lo profundo de la tierra, 
Explicación.
139,1 "Sondeas": véanse Jr 17,10; Sal 44,22; Job 28,27.
139,2 Compárense las polaridades con las de Dt 6,7; Is 37,28s. 
139, 14ab (Adelanto la explicación de este difícil verso). La interpretación varía según se lea primera (texto masorético) o segunda persona, según se reduzca al verbo plh o a pl Alternativas: de modo portentoso he sido distinguido; con tus portentos te has distinguido; soy / eres prodigioso. Hace sentido como conclusión de la segunda sección.
139,13.14c.15.16 Ordeno los versos guiado por el paralelismo. Distingo dos unidades: el organismo y el destino. Del organismo menciona riñones, aliento y huesos; el destino es el curso de los días, conocido o fijado desde el comienzo.
139,13 "Riñones": sede de pasiones, con frecuencia unidos a corazón.
139,14c Forma buen paralelismo con la primera frase de 15: "aliento / huesos", "conoces perfectamente / no se te oculta".
139,15 "En lo profundo de la tierra": supone la ecuación seno materno = madre tierra: compárese con Job 1,21; Eclo 40,1.
SEGUNDA LECTURA. Hechos 13,22-26.
22 Lo depuso y les suscitó como rey a David, hijo de Jesé, un hombre a mi gusto (1 Sm 13,14) que cumplirá todos mis designios".
23 De su descendencia, según lo prometido, Dios sacó para Israel un salvador, jesús.
24 Antes de su llegada, Juan predicó a todo el pueblo de Israel un bautismo en señal de enmienda.
25 Cuando Juan estaba para acabar el curso de su vida, decía: "¿Qué pensáis que yo sea? Yo no soy ése; no, mirad que detrás de mí llega uno a quien no merezco desatar las sandalias de los pies".
                  26 Hermanos, descendientes de Abrahán y vosotros los adeptos, a nosotros se nos ha enviado ese mensaje de salvación.
Explicación.
La primera parte del discurso de Pablo (17-25) discurre por la historia de Israel y desemboca en la figura del rey David (17-22, comp. con 7,2-46). En conformidad con la tradición judía (cf. 2 Sm 7,12), presenta a Jesús como el Mesías liberador, sucesor de David (23, en contraste con el dicho de Jesús en Lc 20,41-44). Para darlo a conocer a sus oyentes, apela a la figura del Bautista y a su mero papel de precursor del Mesías (24s).

                  En la segunda parte (26-37) subraya que los destinatarios de la liberación obrada por Jesús son el pueblo de Israel y los que se le asimilan (26, cf. vv. 16.24). 
 
EVANGELIO. Lucas 1,57-66.80.

57 A Isabel se le cumplió el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo.
58 Sus vecinos y parientes se enteraron de lo bueno que había sido el Señor con ella y compartían su alegría.
59 A los ocho días fueron a circuncidar al niño y empezaron a llamarlo Zacarías, por el nombre de su padre.
60 Pero la madre intervino diciendo:
- ¡No!, se va a llamar Juan.
61 Le replicaron:
- Ninguno de tus parientes se llama así.
62 Y por señas le preguntaban al padre cómo quería que se llamase.
63 El pidió una tablilla y escribió: "Su nombre es Juan", y todos quedaron sorprendidos.
64 En el acto se le soltó la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
65 Toda la vecindad quedó sobrecogida; corrió la noticia de estos hechos por toda la sierra de Judea
66 y todos los que lo oían los conservaban en la memoria, preguntándose:
- ¿Qué irá a ser este niño?
Porque la fuerza del Señor lo acompañaba.

80 El niño crecía y su personalidad se afianzaba; y estuvo en el desierto hasta el momento de presentarse a Israel.

EXPLICACIÓN.


Alegría compartida por el nacimiento de Juan (57s: cf. 1,14), como por el nacimiento de Isaac (Gn 21,6-8).

El nombre de Juan, ruptura con la tradición familiar (61). Se cumple la promesa y cesa el castigo (64); la bendición se expresará en el cántico (68ss). Se ve en estos hechos una intervención divina (65s).

Infancia de Juan (80). Vida solitaria, sin trato con los hombres. Su presentación a Israel estará motivada por un oráculo divino (3,2). El contacto de Juan con la secta de los esenios no pasa de ser una conjetura. 

LECTURAS DEL LUNES 23 DE JUNIO DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. II Reyes 17,5-8.13-15.18.

5El rey de Asiria invadió el país y asedió a Samaría durante tres años. 6El año noveno de Oseas, el rey de Asiria* conquistó Samaría, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. 7Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas había pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; 8procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos. 
13El Señor había advertido a Israel (y Judá) por medio de los profetas y videntes: "Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos los profetas. 14Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. 15Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres y las advertencias que les hizo; se fueron tras los ídolos vanos y se desvanecieron, imitando a las naciones vecinas, cosa que el Señor les había prohibido. 18El Señor se irritó tanto contra Israel, que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Explicación.

17,5-6 Apresado el rey, el partido antiasirio todavía resistía en la capital fundad apor Omrí. El valor estratégico de la ciudad se demostró resistiendo tres años el asedio del ejército más poderoso de la época. Salmanasar no alcanzó a ver la victoria; a su sucesor Sargón II tocó este honor dudoso de ejecutar como verdugo la sentencia del Señor. Conquistada la capital, Sargón II realiza en seguida una deportación en masa. De estado vasallo, Israel o Samaría pasa a ser una provincia asiria. Es el año 722. Para el autor bíblico esto es el final. En los anales asirios se habla de una nueva rebelión, que capitaneaba el rey de Jamat (arameo) aliado con un general egipcio. Sargón los derrotó en el año 720.

17,6 * = Salmanasar V.

17,7 Aquí pronuncia el historiador una oración fúnebre, no de elogio, sino de reprobación. El tema es una reflexión teológica sobre la historia, con deseo de presentar el caso como un escarmiento. El estilo es típico de la escuela, un buen ejemplo de amplificación retórica. Repitiendo temas o motivos, desdoblando acciones, uniendo sinónimos, añadiendo oraciones de relativo, el autor llena una página. Si en poesía es frecuente la frase de tres o cuatro palabras, y en prosa narrativa la de cinco o seis, aquí encontramos muchas frases de 9 y 10 palabras: es una cadencia retórica que no desentona en la oración fúnebre. Se ha de declamar en tono patético.
El discurso tiene una construcción poco rigurosa. Esquemáticamente: pecados de Israel (7-12); el Señor amonesta por medio de profetas (13); nueva serie de pecados (14-17); ira de Dios y castigo (18-20); recapitulación desde Jeroboán hasta el destierro (21-23).

17,7 Pecado, pecar, es el término que el autor ha repetido ya más de veinte veces a lo largo de su historia. La referencia a la liberación de Egipto la pronunció Jeroboán cuando inauguró sus centros de culto.

17,8 La expulsión de otros pueblos es a la vez un beneficio mal pagado y un escarmiento no aceptado. La alusión a los reyes es dudosa.

17,13 Antes de recurrir al castigo, el Señor amonesta a su pueblo. Así entran en el esquema histórico los profetas, como un intento repetido del Señor para convertir a su pueblo. Hay que pensar en Ajías, Elías, Eliseo, Miqueas hijo de Yimlá, Amós y Oseas. La mención de Judá es una adición posterior, que intenta aplicar el sermón al reino del Sur desterrado.

17,15 Los mandatos son las estipulaciones del pacto. Según el salmo 115,8 los que veneran ídolos se vuelven como ellos: ese principio teológico se expresa en un juego de palabras con una de las designaciones despectivas de los ídolos "vaciedad, vanidad" (véase Jr 2,5). Los gentiles, una vez expulsados, se convierten en un cerco cultural y religioso, y la orden del Señor ha de ser la muralla de separación.

17,18 Como el término "Israel" es ambiguo (puede designar a todo el pueblo escogido o al reino septentrional), el autor aclara el sentido.

SALMO. 60,3-5.12-13.

3Oh Dios, nos has rechazado
y
rompiste nuestras filas,
estabas airado. ¡ Restáuranos! 4Has hecho temblar y has resquebrajado el país
¡repara sus grietas, que se desmorona!
5Has hecho sufrir un desastre a tu pueblo
dándonos a beber un vino de vértigo; 

 12Pero tú, oh Dios, ¿no nos has rechazado
y ya no sales con nuestras tropas?
13Envía tu auxilio contra el enemigo,
que es vana la victoria humana. 


Explicación.

60,3-7 La queja ocupa ancho espacio y apoya la súplica. Es una queja respetuosa, confiada, producto de una espiritualidad madura. El causante de las desgracias es Dios. El orante no reconoce una culpa; ¿pronuncia una acusación? Más bien reconoce que Dios controla y dirige los acontecimientos: véanse Dt 32,27.39; Is 19,22; Os 6,1.


60,3 "Rechazaste": con sentido militar en Sal 44,10.24.


60,4 El temblor de tierra es con frecencia teofánico: Sal 18,8; 68,9; 77,19 etc.

 60,5 "Vino de vértigo": que perturba o enloquece, que agita o tortura, de castigo y hasta de ejecución capital: Is 51,17.22; Jr 25,15-29. 


60,11-13 Toma de nuevo la palabra el orante. Es dudosa la articulación de los tres versos. a) Pregunta solícita (11), pregunta retórica (con relativa asindética) (12), petición
(13). b) Expresión de un deseo entre potencial e irreal "quién me condujera ... ", reproche a Dios por su rechazo, petición. En la segunda explicación el sentido avanza así: escuchando el oráculo, el orante reacciona con cierto escepticismo o insatisfacción, "ya quisiera yo"; su deseo es irrealizable mientras Dios prolongue su rechazo; con todo, no se rinde, antes reclama esperanzado el auxilio de Dios.

 60,13 Véase Prov 21,31. 


Trasposición cristiana.

 Se puede leer en clave eclesiológica. La Iglesia perseguida se siente derrotada y pide auxilio a su Señor; el cual responde afirmando su victoria y su dominio. Confortada con tales palabras, puede la Iglesia abordar nuevas empresas. Los comentaristas antiguos se han fijado en el estandarte: la señal de la cruz.


 EVANGELIO. Mateo 7,1-5.

1 No juzguéis y no os juzgarán;
2 porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis la usarán con vosotros.
                      3 ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
4 O ¿cómo vas a decirle a tu hermano: "Deja que te saque la mota del ojo", con esa viga en el tuyo?
5 Hipócrita, sácate primero la viga de tu ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.

Explicación.


     
  Criterios que han de regir la vida de la comunidad. El gran defecto es la falta de amor (la viga). Aviso contra los que, por los defectos de otros, rompen la relación con ellos. Actuando así, la rompen con Dios (1-5).